Reconoció. En 2005 dijo a Vanity Fair que se sentía sola, triste y confundida
EFE. REPORTAJES. A simple vista, parece la chica perfecta, la novia de América. Su rostro agradable y cercano, su simpatía y su cuidado y estilizado físico hacen de ella la novia que supuestamente todo hombre podría desear. Sin embargo, Cupido parece esquivar a Jennifer Aniston, quien estigmatizada por su fallido matrimonio con Brad Pitt no acierta a encontrar a su compañero ideal en la jungla de las estrellas. Lo último, su ruptura con el rockero John Mayer.
La mala suerte de Jennifer con el sexo opuesto desafía toda lógica. Desde su divorcio de Brad Pitt, hoy feliz padre de familia numerosa con Angelina Jolie, la californiana de 39 años inició con el corazón roto un peregrinaje amoroso que la llevó a los brazos del actor Vince Vaughn, el modelo Paul Sculfor y el rockero John Mayer. Pero ni un final feliz.
Jen es linda, no se le conocen escándalos, adicciones ni desplantes por exceso de divismo. Sus finanzas están más que saneadas, lleva una vida sana y no hay mujer sobre la tierra que no desee tener un cabello como el suyo.
Su mejor amiga y compañera en la archiconocida serie televisiva “Friends”, la también actriz Courteney Cox Arquette, ha dicho de ella: “Es imposible que a uno no le guste esta chica”.
Entonces ¿cuál es el problema? No hay un pasado turbio al que culpar, tampoco una adolescencia traumática, aunque sí un cuento de hadas roto que se inició el 29 de julio del año 2000. Con el nuevo siglo y tras dos años de noviazgo, Jennifer Aniston dio el “sí quiero” a uno de los hombres más deseados del mundo, el actor Brad Pitt, en una muy privada ceremonia de ensueño de la que se dice que costó un millón de dólares.
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