Al inicio de 2010 Ramón Orlando decidió experimentar con una bachata. Orgulloso de su obra, contaba en una entrevista a este diario, que el tema “Enfermo de amor”, letras que había sacado del libros “Cantar de los Cantares” de la Biblia, sería el que lo devolvería a la pegada en el público.
En esa oportunidad aclaró que no era bachatero, pero que si a la gente le gustaba, continuaba incursionando en el género.
El maestro decidió entonces no promover la canción, según explicó, por lo fuerte del contenido de sus letras.
Un año después lo vuelve a intentar con un merengue, pero esta vez se trata de una adaptación musical del tema “Es que no sirvo para estar sin ti”, que popularizó la fenecida española Rocío Dúrcal en los años 80. Ramón apuesta a este merengue, el que lo ha arreglado musicalmente con acordes de estos tiempos.
Las adaptaciones
No es difícil para él responder por qué decidió adaptar un tema de los 80, siendo uno de los grandes maestros de letras inéditas del ritmo dominicano. El maestro desempolva algunos títulos de los que fusiló en la década de los 80, época de gloria de su carrera artística.
“¿Por qué dudar ahora. Si el merengue está super bueno? Temas como No voy a volver a llorar, Bomba carambomba, Toma y toma, que fueron adaptaciones y fueron grandes éxitos de mi carrera”, comentó.
Según cuenta se trata de una canción que pegó hace 30 años, pero que el público de ahora la puede asumir con algo muy nuevo, así como lo hizo con las adaptaciones en pasadas décadas.
Reclamo
“¡Ramón, vas a dejar morir el merengue!”, es lo que dice Ramón Orlando que le grita la gente en la calle. A pesar de que está seguro de que el ritmo que lo hizo famoso no está muriendo, se empeñó en hacer “un merenguito sabroso” (así lo define), a ver qué pasa.
“La gente me acusa de que voy a dejar morir el merengue, pues ahí hay uno que va a hacer que la gente se lo goce. El que lo ha escuchado me ha hecho saber que le gusta y ya me han llamado hasta de Puerto Plata para colocarlo porque está muy bueno”, afirma.
EL DILEMA CON LA RELIGIÓN
Pastor
Desde hace un buen tiempo Ramón Orlando pastorea su iglesia cristiana. Allí acuden cientos de personas que han dado testimonio de su poder de sanación y liberación de los pecados. Pero desde que se inició en la actividad religiosa no ha faltado quien critique sus letras, si él se hace llamar un pastor de Cristo, cuando grabó temas como “El venao”, el cual, según se decía hasta había provocado tragedias familiares. El merenguero entiende que el único mensaje de ese tema es que la infidelidad es mala.
“Practicar una vida religiosa es mucho más que eso. Hay hermanos que no han entendido mi profesión, yo la he usado para predicar y para dejar expresar la belleza de la vida. Nunca he escrito canciones que incentiven a la bebida ni a darse un jumo”.
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