“ Cosas de él”, original de la mexicana Graciela Beltrán, es el nuevo merengue que ha devuelto a la radio a Miriam Cruz, ocasión que ha aprovechado para reactivar su carrera artística y relanzarse al mercado con todas las armas que le ofrece el mundo moderno, a través de la internet.
Para Miriam ha sido obra de Dios y está confiada de que éste era el momento perfecto, el que esperaba, para iniciar un plan de trabajo, el que ha puesto en marcha y que abarca la celebración de sus 25 años de carrera artística, con un concierto en Hard Rock Cafe, de la Capital, el 30 de junio, y que espera también presentar en Santiago en el Gran Teatro del Cibao.
El entusiasmo con el que habla la delata y se atrevió a confesar que también tiene en proyecto regresar al Anfiteatro de Altos de Chavón, el cual tuvo el privilegio de llenar en dos ocasiones, o si no, un escenario multitudinario en donde pueda presentar un hermoso espectáculo.
“Celebrar 25 años es una bendición para cualquier artista. Estamos trabajando en un concierto en donde el público asiduo del lugar pueda disfrutarlo con la oferta musical a que están acostumbrados, interpretando mis mejores merengues”, aseguró a LISTÍN DIARIO.
La merenguera contó que tendrá invitados especiales y que presentará un número especial de flamenco con el que ganó el ‘reality show’ “Los famosos bailan”, el pasado domingo, en el programa “Aquí se habla español” (Color Visión), que conduce Daniel Sarcos.
Esto también tiene muy contenta a la merenguera, quien confiesa que nunca le ha temido a nada. “Siempre me he arriesgado a todo lo que me han propuesto, así fue cuando protagonicé el musical “Evita”, que produjo Amaury Sánchez, nunca había actuado y recibí las mejores críticas. Así me atreví a participar en este ‘reality’ y te confieso que ganar este premio para el voluntariado del hospital Darío Contreras, ha sido maravilloso”.
Este despertar en su carrera dice que se lo debe a la pegada del tema “Cosas de él”, el que tenía en carpeta hace cuatro años cuando el radiodifusor vegano Gabriel Grullón se lo ofreció. “Se lo entregué a Henry Jiménez y fui pagando los arreglos poquito a poquito, hasta que un día le dije que me lo entregara, lo demás es historia”.
LAS REDES SOCIALES SON SUS ALIADAS
La Internet. Al igual que otros artistas, Miriam Cruz ha tenido que sumarse a utilizar las redes sociales para promocionarse. “No tuve el privilegio de haber nacido en esta era tecnológica, pero me he ocupado de integrarme y dar a conocer mi música y todo lo que hago en el ámbito artístico a través de la Internet”, sostuvo.
La gira. Ayer la merenguera partió a la ciudad de Nueva York, donde agotará varias presentaciones, y la semana próxima viajará a Perú para una gira que tiene programada durante dos semanas.
Miriam quiere negociar el nombre de Las Chicán
En 1992 Miriam Cruz se sintió segura para volar con sus propias alas; por eso decidió abandonar la agrupación Las Chicán, en la que había hecho carrera artística y se había convertido en una merenguera internacional.
La intención era emprender su proyecto, pero las demás integrantes de la agrupación decidieron seguir sus pasos y acompañarla en la nueva travesía. A 19 años de aquel acontecimiento, Miriam recuerda que en ese momento no recibió oferta de nadie, ni de ninguna disquera. “Salgo del grupo porque me sentía madura y con el deseo de hacer otras cosas por mí misma. Las muchachas se fueron porque quisieron acompañarme, pero yo no les propuse que dejaran la agrupación”, confesó.
Ya sola y con la responsabilidad de ser dueña de su propia orquesta se dedicó a buscar un empresario que manejara su carrera y es cuando se asocia a Luis Medrano.
Es bajo la protección de Medrano que Miriam vive una nueva etapa en su carrera, cumple con los compromisos pendientes con Las Chicán y luego emprende su proyecto con el nombre de Miriam y sus Chicas y emprende una gira con un nuevo repertorio.
En esta época la cantante participa en festival OTI con el tema “Agua de sal” y logra ganar el cuarto lugar, su carrera a nivel internacional continuaba consolidándose. Sin dudas el éxito le sonrió y el amor también, entonces es cuando se casa con el padre de sus dos hijos Tuto Taveras y hace un alto en el camino para vivir una etapa maternal, la cual califica como la más hermosa de su vida ya que no cambiaría por nada del mundo el amor que le dan sus hijos Mairym y Diego de 12 y 9 años de edad.
Un receso
Tras el matrimonio, la carrera de Miriam disminuyó dramáticamente. Luis Medrano deja el proyecto y su esposo sería quien manejaría su carrera. La prensa comentó que Tuto era el culpable de la desaparición de Miriam Cruz del mercado artístico.
“No podría ponerle nombre ni apellido al tiempo que estuve un poco ausente del escenario. Me dediqué a cuidar a mis hijos y era una etapa que tenía que vivir y la que he disfrutado a plenitud”, aseguró.
Ahora Miriam se pone las pilas y hasta se atrevió a sugerir que Wilfrido Vargas, dueño del nombre Las Chicán, debió de negociar ese nombre con ella, el que ahora se encuentra en poder de un empresario venezolano.
Aunque la merenguera no ha tenido más contacto con Wilfrido, desde aquel día que decidió dejar la agrupación, asegura que no tiene mala relación con su primo.
Inicio
Solo tenía 13 años cuando la sacaron del colegio y su tía Bienvenida Martínez, madre de Wilfrido Vargas, la llevó a una audición a casa de Belkis Concepción para la creación de un nuevo frente del grupo.
Con la ilusión de cualquier niña de la época, Miriam estaba segura de que sería un grupo como Menudo o Los Chicos. “Cuando llegué, Wilfrido tocaba el piano y me pedía que cantara en diferentes tonos. Cuando terminó me dijo: te quedas en la agrupación”.
Miriam brincó de la alegría, la que no duró mucho cuando se enteró de que entraría a una orquesta a cantar merengue. “Cuando vi las trompetas, la tambora me quedé paralizada, porque aunque ya Belkis Concepción y La Chicán eran conocidas, Miriam no se había percatado porque aún vivía una niñez en la que se dedicaba a escuchar baladas y los grupos juveniles de moda.
En el año 1982 inicia sucarrera artística en la primera agrupación femenina de merengue, que llamaba la curiosidad ante el público de ver a un grupo de mujeres tocando instrumentos y cantando y bailando merengue.
El éxito
Belkis sale del grupo y Miriam graba el merengue “El negro”. La voz chispeante de Miriam cuando cantaba “Mami que será lo que quiere el negro...” llevó a la agrupación a consolidarse internacionalmente, al punto de que a la fecha Miriam aún cosecha de esa pegada que tuvo Las Chicán. Muchos de los países que visita hoy la recuerdan por esos éxitos como “Juana la cubana”, “Las pequeñas cosas”, “Estúpido”, El negro no puede”, “La media María”, “Sukaina”, “Culeca”, “Ta’ pillao”, “Fuego” y “Fiebre”, entre otros.
“Agradezco infinitamente a Wilfrido Vargas porque fuimos un grupo de mujeres al que se nos cuidaba como niñas. Siempre hubo un respeto enorme para cada una de nosotras y por eso logramos permanecer por tantos años juntas”.
Miriam confesó sentirse privilegiada de haber tenido la oportunidad de ser parte de la historia del merengue y de pertenecer a la primera agrupación merenguera de mujeres. Por eso, nunca dejará de agradecerle a Wilfrido por la oportunidad.
FUE EL SUSTENTO DE SU FAMILIA
RESPONSABILIDAD
Miriam Cruz trabajó desde niña. Su primer trabajo fue una fábrica de cerámicas. A los 13 años ingresa a la agrupación Las Chicán y sin propónerselo se convirtió en el sustento de su familia.
Es la menor de cinco hermanos, y quizás es por eso que le decía “La Kiki”.
Su padre fue el que más la aupó en su carrera y el que siempre le instaba a que se acercaran a la familia de Wilfrido Vargas.
Durante la primera gira que Miriam hace con Las Chicán, la cual tendría que permanecer tres meses en Puerto Rico, muere su padre.
Para ella fue un momento devastador y al perder a su padre se convirtió en el sustento económico de su familia. Hoy su madre, hermanos y sobrinos le agradecen inmensamente el esfuerzo que hizo en ser la responsable de que la familia tuviera un mejor futuro.
La responsabilidad de convertirse en estrella musical hizo que Miriam se perdiera de vivir etapas, que hoy sabe han sido la causa de errores que ha cometido.
“No pude vivir una adolescencia como cualquiera. Aunque era muy bueno ser artista, comprar ropa, viajar, tener dinero, me faltó vivir esa etapa como se debe. A los 15 años me enamoré de un puertorriqueño pero no pasó de una agarradita de manos y fue algo muy éfimero.
Luego no pude darle paso al amor porque los hombres se enamoraban de la artista, no de la persona y eso era peligroso”.
Desde niña cantaba en la escuela, incluso participé en Festilindo, un festival que organizó Yaqui Núñez y que ganó Glennys Díaz. “Yo pasé y no logré nada”. Pero Miriam nunca se desanimó y aunque no soñaba con el éxito, siempre se animaba a cantar.
fuente listin diario
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