La cantante y actriz madrileña -que estudió filosofía y psicología y fue presentadora de televisión- participó en el Festival de Eurovisión de 1985 con la balada La fiesta terminó de Juan Carlos Calderón.
-No se puede renunciar a los sentimientos. El público ve la entrega y la emoción que le pongo y me entra un nudo en la garganta. Pero me siento alegre porque tengo sentido del humor y me gusta mucho reír. Agradezco a la gente todos estos años de carrera. Y hay un final muy festivo, una mezcla curiosa entre emoción, los musicales, mi carrera... Soy una artista pero ante todo un ser humano. El escenario te mantiene muy volcada como cantante y actriz. Pero también tengo capacidad para hacer otras muchas cosas. Por lo que es bueno decir adiós en plenitud y que todavía la gente siga acordándose de ti.
-No. Haré algo en otro registro. Ahora cierro una etapa para pensar, pintar, escribir y estar con mis sentimientos. Aunque vivo el día a día. Siempre tuve claro que me retiraría. Aunque lo he acabado haciendo más tarde de lo que pensaba
-¿Con qué se queda de todo lo vivido y lo cantado?
-Soy muy curiosa y no tengo miedo de meterme en aventurasCon lo que resumo en esta gira, un poco de cada etapa. Mis discos y musicales han tenido mucha impronta en mí. En estos conciertos me he permitido variar algo los registros... Me quedo con el recorrido y con el privilegio. Ahora siento la necesidad de mirar en mi interior, de conocer países y gente maravillosa. Una profesión es para enseñarte.
-He interpretado los personajes de musicales fantásticos que he escogido yo, cada uno en su momento y en su tiempo. Los amo profundamente pero, por edad, este género te exige de tanto en tanto una puesta a punto. Y esa etapa pasó. A donde no volvería es a Eurovision. Fui por un disco con Juan Carlos Calderón. No me gustan mucho los concursos. Eurovisión es un espectáculo impresionante, tecnológico y de nivel. Es un gran negocio mediático. Pero yo concibo el talento y el esfuerzo en otra dirección. Ha habido muchos artistas desechados que fueron grandes estrellas. No dejan que la gente crezca, sino que se lo juegan todo a una carta y nadie es nadie para juzgar a otro.
-Fue una experiencia maravillosa. Soy muy curiosa y no tengo miedo de meterme en aventuras. Quedé contagiada por ella. Tuve que olvidarme de una manera de cantar. Ella es muy dura y tuvo mucha paciencia conmigo. Es uno de los discos más bonitos que he hecho. Me sentí muy cómoda.
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