martes, 11 de abril de 2017

Gilberto Santa Rosa ¡Camínalo!. El nacimiento de la “era digital”, la proliferación y popularidad de las redes sociales, cambiaron la industria musical para siempre.

Por Gilberto Santa Rosa¡Camínalo!
Primera Hora
El nacimiento de la “era digital”, la proliferación y popularidad de las redes sociales, cambiaron la industria musical para siempre. Desde el lenguaje hasta la mercadotecnia y la promoción, todo es totalmente diferente a como se hacía cuando comencé.
Las primeras señales de que todo iba a cambiar se sintieron, precisamente, en la industria discográfica. Y es que, los adelantos tecnológicos convirtieron las grabaciones en lo que para mí era un fascinante y diferente experimento artístico.

Quizás el calor y la interacción de ingenieros de sonido, músicos, productores y cantantes se perdió un poco buscando la perfección y la fidelidad de sonido que la nueva tecnología prometía ofrecer. A medida que fueron progresando estas técnicas, también fueron desapareciendo los grandes estudios y la sesión de grabación se cambió por un trabajo casi individual.

Las grabaciones eran casi un evento social y artístico donde todos los componentes se veían en el estudio para aportar sus conocimientos, dudas e inquietudes al proyecto. Esto, se transformó en un trabajo un poco solitario, segmentado e impersonal donde cada uno hace su parte, muchas veces sin ver al compañero y, peor aún, en ocasiones sin tan siquiera conocerse.

La emoción de ir al estudio y grabar con músicos y artistas de calidad (algunos nuevos y otros leyendas vivientes) se cambió por una experiencia casi exclusivamente auditiva.

Que si los audio files, que si el protool, que si cantas con el track y lo envías por email; que si los comps, que si el download. Todos estos son términos que cambiaron por completo la dinámica de una grabación.

Confieso que se me hizo muy difícil acoplarme a esta nueva forma, pero como buen obrero de la música finalmente, me adapté. Y una vez lo hice, entonces me tocó aprender sobre lo más importante de la promoción y el mercadeo: Twitter, Instagram, Facebook, Spotify, YouTube, etc.

Lo curioso y lo gracioso es que todo eso va tan rápido que cuando voy aprendiendo de uno, otro aparece y se pone de moda y ahí va Gilberto otra vez… a paso lento tratando de actualizarse y ponerse al día.

Afortunadamente, lo que nunca pasará de moda es la buena canción y esa pasión que tenemos los músicos, cantantes, compositores, productores, arreglistas, promotores e ingenieros de grabación de producir, grabar y promover la buena música.

El público la espera con ansiedad y la recibe con cariño, gracias a Dios, eso tampoco cambia.

En estos días en los que me preparo para nuevos lanzamientos y proyectos, vuelvo a enfrentarme a todo un mundo cibernético y de informática tan moderno, compuesto por tantas plataformas digitales, que no me queda más remedio que decir: ¡Ayuda, estoy perdido!

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