MADRID.Joan Manuel Serrat prepara los bártulos para, “con ilusión renovada”, volver a salir “a los mares en solitario” a partir de abril con la excusa del “47 aniversario” de su disco “Mediterráneo” y cantarle otra vez a ese gran fluido amniótico que lo moldeó, sin olvidar los males que lo aquejan.
“El Mediterráneo es miseria y gloria”, dijo hoy en rueda de prensa al ser preguntado por las canciones que sonarán en esta nueva gira, no solo las diez que conformaron aquel álbum mítico de 1971 (tan importantes como “Lucía” o “Aquellas pequeñas cosas”), sino también otras que aluden “a los hombres que lo cruzan cada día”, porque sin ellas su retrato sería “parcial”.
Incómodo con el sonido de los micrófonos, no ha dudado en bajarse de la tarima para escuchar las preguntas de los periodistas en la distancia corta, sin evitar (ni pretenderlo) las cuestiones sobre el conflicto catalán, con el que “se sigue mareando la perdiz, porque no acaban de reconocer dónde está la salida”.
Respecto a su propia sensibilidad, él ha insistido en la misma idea de comunión que impulsa la gira: “En una época de fronteras, yo me siento un hombre mediterráneo”.
Para homenajear a su mar, anda perfilando un “espectáculo que irá mudando y creciendo a medida que avance, juntando aquellas canciones que sonarán como sonaron en el origen, con los arreglos de la primera grabación”.
“Mediterráneo da capo” (término musical que significa “vuelta al principio”) arrancará el 22 de abril en Roquetas de Mar (sur de España) y de ahí a Madrid, el 26 y 27 de junio.
Su “Mediterráneo” fluirá más allá de los márgenes del estrecho de Gibraltar, hasta Latinoamérica, donde la gira se dividirá “en dos o tres bloques” por su longitud.
“América es mi casa, pero no quiero pasar mucho tiempo fuera (de España), entre otras cosas porque quiero ver a mis nietos y me gusta que mi mujer me reconozca al volver”, bromeó.
En concreto, cruzará el Atlántico de octubre a diciembre de este año para visitar Argentina, Chile y Uruguay. Después, entre enero y marzo de 2019, viajará al resto de los países del continente, lo que incluye a México. A sus autoridades ha lanzado un ruego: “poder actuar en el Bellas Artes”, que fue el lugar donde recaló en su primer viaje al país.
“Estoy muy ilusionado -dice sobre la gira-. Es bastante normal que lo esté, porque tengo 74 años y el plazo cada vez se va acortando. Lo que antes parecía infinito, la vida se ha dedicado a demostrarme que es finito y sumamente delicado”, señaló.
Se le ha interrogado entonces sobre su salud, sobre por qué no esperar al medio siglo redondo de la publicación del álbum, en 2021. “Si no creyera que lo puedo hacer, no lo haría. Primero, por sentido del ridículo”, afirmó, antes de añadir: “¿Por qué esperar? ¿Quién sabe si de aquí a tres años tendré aire para soplar las velas?”.
“La muerte está presente no solo en mí, sino en todo lo que tengo alrededor. Lo que intento es valorar lo que quede, usarlo lo mejor que pueda y dejar pendientes la menor cantidad de cosas posible”, dijo después a Efe, en la intimidad del formato de una entrevista.
Fue entonces cuando señaló “Mediterráneo”, el álbum, “como un disco fundamental, como un cambio hacia la modernidad que se produjo en aquellos años” y que coincidió con una gran cantidad de acontecimientos de calado, tanto sociales (Praga, Mayo del 68, revueltas en Latinoamérica…) como musicales (consagración de los Beatles y el pop británico…).
“Cuando lo acabé, no sabía ni lo que había hecho. Era una época de mucha fluidez en el trabajo y de muy buen resultado de las canciones, pero no me podía imaginar que iba a ser el éxito que fue, menos viniendo de un disco tan poderoso como el de Machado, que fue récord de ventas”, recordó.
Del otro “Mediterráneo”, la canción, decía el poeta y periodista Rodolfo Serrano, que convirtió aquel en el mar de todos, incluso en el de las gentes de la Meseta seca. “El sueño de cualquier autor es que sucedan estas cosas, que hagas algo de manera natural y deje de convertirse en una canción tuya, para que sea de todos”, afirmó Serrat.
“Sigo componiendo, pero ahora es distinta la necesidad que he tenido toda mi vida de darlo a conocer”, agregó, antes de sentenciar: “No me siento muy estimulado a hacer un disco. Pero algún día, como un buen ahorrador, me encontraré un cajón lleno de cosas buenas”.
“El Mediterráneo es miseria y gloria”, dijo hoy en rueda de prensa al ser preguntado por las canciones que sonarán en esta nueva gira, no solo las diez que conformaron aquel álbum mítico de 1971 (tan importantes como “Lucía” o “Aquellas pequeñas cosas”), sino también otras que aluden “a los hombres que lo cruzan cada día”, porque sin ellas su retrato sería “parcial”.
Incómodo con el sonido de los micrófonos, no ha dudado en bajarse de la tarima para escuchar las preguntas de los periodistas en la distancia corta, sin evitar (ni pretenderlo) las cuestiones sobre el conflicto catalán, con el que “se sigue mareando la perdiz, porque no acaban de reconocer dónde está la salida”.
Respecto a su propia sensibilidad, él ha insistido en la misma idea de comunión que impulsa la gira: “En una época de fronteras, yo me siento un hombre mediterráneo”.
Para homenajear a su mar, anda perfilando un “espectáculo que irá mudando y creciendo a medida que avance, juntando aquellas canciones que sonarán como sonaron en el origen, con los arreglos de la primera grabación”.
“Mediterráneo da capo” (término musical que significa “vuelta al principio”) arrancará el 22 de abril en Roquetas de Mar (sur de España) y de ahí a Madrid, el 26 y 27 de junio.
Su “Mediterráneo” fluirá más allá de los márgenes del estrecho de Gibraltar, hasta Latinoamérica, donde la gira se dividirá “en dos o tres bloques” por su longitud.
“América es mi casa, pero no quiero pasar mucho tiempo fuera (de España), entre otras cosas porque quiero ver a mis nietos y me gusta que mi mujer me reconozca al volver”, bromeó.
En concreto, cruzará el Atlántico de octubre a diciembre de este año para visitar Argentina, Chile y Uruguay. Después, entre enero y marzo de 2019, viajará al resto de los países del continente, lo que incluye a México. A sus autoridades ha lanzado un ruego: “poder actuar en el Bellas Artes”, que fue el lugar donde recaló en su primer viaje al país.
“Estoy muy ilusionado -dice sobre la gira-. Es bastante normal que lo esté, porque tengo 74 años y el plazo cada vez se va acortando. Lo que antes parecía infinito, la vida se ha dedicado a demostrarme que es finito y sumamente delicado”, señaló.
Se le ha interrogado entonces sobre su salud, sobre por qué no esperar al medio siglo redondo de la publicación del álbum, en 2021. “Si no creyera que lo puedo hacer, no lo haría. Primero, por sentido del ridículo”, afirmó, antes de añadir: “¿Por qué esperar? ¿Quién sabe si de aquí a tres años tendré aire para soplar las velas?”.
“La muerte está presente no solo en mí, sino en todo lo que tengo alrededor. Lo que intento es valorar lo que quede, usarlo lo mejor que pueda y dejar pendientes la menor cantidad de cosas posible”, dijo después a Efe, en la intimidad del formato de una entrevista.
Fue entonces cuando señaló “Mediterráneo”, el álbum, “como un disco fundamental, como un cambio hacia la modernidad que se produjo en aquellos años” y que coincidió con una gran cantidad de acontecimientos de calado, tanto sociales (Praga, Mayo del 68, revueltas en Latinoamérica…) como musicales (consagración de los Beatles y el pop británico…).
“Cuando lo acabé, no sabía ni lo que había hecho. Era una época de mucha fluidez en el trabajo y de muy buen resultado de las canciones, pero no me podía imaginar que iba a ser el éxito que fue, menos viniendo de un disco tan poderoso como el de Machado, que fue récord de ventas”, recordó.
Del otro “Mediterráneo”, la canción, decía el poeta y periodista Rodolfo Serrano, que convirtió aquel en el mar de todos, incluso en el de las gentes de la Meseta seca. “El sueño de cualquier autor es que sucedan estas cosas, que hagas algo de manera natural y deje de convertirse en una canción tuya, para que sea de todos”, afirmó Serrat.
“Sigo componiendo, pero ahora es distinta la necesidad que he tenido toda mi vida de darlo a conocer”, agregó, antes de sentenciar: “No me siento muy estimulado a hacer un disco. Pero algún día, como un buen ahorrador, me encontraré un cajón lleno de cosas buenas”.
Fuente el Nuevo Herald
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