Picoteando el Espectáculo
El 28 de agosto de 2016 México vivió con estupor la noticia del fallecimiento de Juan Gabriel, junto a Luis Miguel, una de las mayores leyendas de un país que reverencia a sus artistas. Un infarto había acabado la vida del hombre que revitalizó la carrera de Rocío Dúrcal en los años 70 y que unos meses después, en noviembre, se convirtió en la gran ausencia en la esperada reaparición en Aranjuez de su gran amiga Isabel Pantoja, con Hasta que se apegue el sol, un disco con versiones de sus canciones más populares que habían grabado antes de que la tonadillera entrara en prisión. Fue precisamente su hermano, Agustín Pantoja, quien viajó en representación de la viuda del Paquirri a su multitudinaria despedida en el Palacio de las Bellas Artes de Ciudad de México.
Dos años después, como si del argumento de una telenovela se tratase, empezaron a proliferar los testimonios que mantienen la misma teoría de los más fanáticos seguidores de Elvis Presley: Juan Gabriel habría fingido su muerte. Nos tenemos que remontar al mes de noviembre cuando Joaquín Muñoz, un ex mánager de El divo de Juárez aseguraba que se encontraba vivo, aunque algo delicado por la diabetes que parecía, e incluso fijaba una fecha para su reaparición, el 15 de diciembre, que, por supuesto, no se produjo. Así que sugirió otra alternativa, el 7 de enero, día de su cumpleaños, pero tampoco… Así que la siguiente teoría era que había alguien muy importante que tenía que decidir en qué momento se produciría la resurrección y se apuntaba nada menos que al nuevo presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador. En este estado de delirio general, Ricardo González ‘Cepillín’, uno de sus amigos más cercanos en sus primeros años de carrera, aportó incluso la geolocalización del donde estaría escondido preparando la reaparición: Las Bahamas.
En el momento de su deceso, en Santa Mónica (California), Juan Gabriel habría estado acompañado por seis personas, entre ellas Efraim Martínez, un joven que en la actualidad trabaja en un taller mecánico en Hermosillo, en el estado de Sonora, y que se convirtió en el hombre más buscado porque fue inseparable del compositor de Se me olvidó otra vez en los últimos meses de su vida. Su testimonio quitó fuste a la leyenda urbana, que, pese a todo, sigue creciendo: “Estoy seguro de que no está vivo. Será que la gente quiere creer eso. Son sentimientos y está bien tener ilusión, pero hay que aceptar las cosas como son. Yo lo vi, estaba con él en ese momento, pero para mí es un momento delicado del que nunca he hablado con nadie”, manifestó a finales de diciembre ante las cámaras del popular programa de Telemundo Suelta la sopa, aunque no entró en más pormenores, porque supuestamente habría firmado un contrato de confidencialidad.
Una pieza nueva que ha aparecido estos días en este culebrón es Lyn May, una vedette de origen chino que en los años 70 alcanzó una gran popularidad en México y que unas semanas antes de la muerte de Juan Gabriel irrumpió en los medios asegurando que había sido ella quien más le había ayudado cuando no había dado ni los primeros pasos en la industria musical y que había servido de tapadera para que no trascendiera que era homosexual. Incluso que cuando, sin saberlo, el artista vivía lo que ahora se ha denominado poliamor, ella se encargaba de entretener a los novios de los que él no se podía ocupar. Ahora ha reaparecido y le ha calificado de “desagradecido”, amenaza con publicar unas memorias para desvelar un supuesto lado oscuro de Alberto Aguilera, que es el verdadero nombre del artista, y manifiesta que aunque inicialmente se había sumado a la teoría de que estaba vivo, “me da igual si está vivo o no, no me importa nada de Juan Gabriel”.
La situación está tomando proporciones delirantes y hasta un imitador suyo, Eduardo Jahuey, admite que le han ofrecido hacerse pasar por el intérprete de Amor eterno: “Querían hacerme unas fotos de espalda, de lado, grabarme cantando. Obviamente, un vídeo de lejos”, según ha publicado el periódico mexicano Excelsior. Y cuando ya no le quedaba dudas a nadie de que todo es un una leyenda urbana, el 15 de enero, apareció un mensaje en la cuenta oficial de Twitter de Juan Gabriel: “Doy gracias a Dios por otro día más. Hoy, como otros días, yo seguiré tratando de ser mejor y sonriendo haré las cosas con amor”. Sin embargo, después de las reacciones que suscitó, el/la responsable de redes sociales que gestiona la cuenta del artista para mantener vivo su legado volvió a la tercera persona del singular en los siguientes mensajes: “Que tengan un excelente inicio de semana. Si sienten que les falta energía, la solución es escuchar sus canciones favoritas de nuestro querido Juan Gabriel”, escribía el día 22. Fuente El Pais
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