La canción dominicana perdió a una de sus voces de oro, valorada desde la niñez por el veterano Rafael Solano, cocinada en el programa televisivo "La hora del moro" y acogida por todo un pueblo que le otorgó el sublime título de "La dama de la canción".
Ya a los cuatro años de edad la pequeña Luchy Vicioso deleitaba a su familia con cantos y veladas que ella inventaba.
Lucía Fior Daliza Vicioso Alsina, nació el 19 de febrero de 1950 en la calle Polvorín de Santo Domingo, hija Ernesto Federico Vicioso y Lucía Alsina. Su deceso se produjo la madrugada de este lunes, un día antes de su cumpleaños número 69.
Inició su carrera artística a los 10 (1960) años de edad cuando su tía Asunción y Ligarda Casanova la llevaron adonde el maestro Rafael Solano para que conociera su prodigiosa voz.
Ese sábado, en la tarde, Luchy interpretó la canción “Sabor a mí”, del compositor mexicano Álvaro Castillo.
Solano quedó impresionado con la hermosa voz de aquella niña hermosa, de ojos claros, con pollina y cara de ángel, que al cantar poseía un timbre de voz de una mujer adulta.
A la semana siguiente, 10 de agosto 1960, Luchy comenzó a trabajar formalmente en el programa “La hora del moro”, de Solano, que se transmitía a través de Rahintel (hoy canal 7).
Su aparición en el programa fue toda una sensación. Luchy recuerda que sus padres recibían las quejas de la gente porque ella cantaba muy lindo, pero que eran canciones de adultos.
Luchy cursaba la primaria en el colegio Quisqueya y entre las tareas, el tener que aprender canciones nuevas para el programa y la fama su vida comenzaba a cambiar.
A los 11 años le crean un programa de radio exclusivamente para ella “Los jueves de Luchy”. El maestro Solano tenía en vivo una orquesta de cuerdas y ella llevaba a sus amiguitas y para hacer el programa.
“Dejé de jugar a las muñecas para cantar y entrar a un ambiente que no conocía”, reveló ella al programa televisivo “Trayectoria”, del periodista Juan Carlos Albelo.
En ese año graba su primer sencillo de Babín Echavarría titulado “Tus ojos” y el respaldo o cara b incluía “Año nuevo”, de Salvador Sturla.
Luchy reconoció que era una niña complicada y que hacía todo tipo de rabietas. Contó que un día Solano la llevó a cantar a un cumpleaños de uno de los hijos de Angelita Trujillo, y que al llegar a la casa no quería cantar porque había una señora que no le gustaba. Solano muy preocupado tuvo que convencerla para que cantara y lo hizo mirando, todo el tiempo, a una pared.
Fuente Ynmaculada Cruz Hierro-listin diario
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