El rapero Kanye West ha concedido una de sus entrevistas más sinceras y coherentes a David Lettermanen su programa para Netflix ‘My Next Guest Needs No Introduction’ acerca de sus problemas de salud mental y los estigmas a los que ha tenido que hacer frente desde que le diagnosticaran un trastorno bipolar hace ya dos años.
“Es un problema de salud que va asociado a un gran estigma y en consecuencia a la gente se le permite decir cualquier cosa al respecto y discriminarte en base a ello. Es lo mismo que tener un esguince de tobillo: si alguien tiene el tobillo mal, no vas a obligarle encima a correr. Pero en nuestro caso, una vez que el cerebro llega a un punto de ruptura, parece que el resto del mundo se esfuerza por hacer que empeoremos”, ha lamentado.
A diferencia de su polémica intervención en el portal TMZ del año pasado, en la que acabó afirmando que la esclavitud de la comunidad afroamericana durante siglos le parecía casi una elección, en esta ocasión el marido de Kim Kardashian se ha mostrado muy comedido -tanto como se podía esperar en él- mientras trataba de explicar cómo se siente cuando experimenta un nuevo episodio maníaco y cómo en ocasiones su paranoia -que le hace pensar que todo el mundo quiere matarle o conspira en su contra- puede acabar obligándole a ingresar en el hospital.
Esa es precisamente una de las razones por las que Kanye decidió sentarse a charlar con Letterman: tratar de cambiar el trato que reciben los pacientes como él en las instituciones psiquiátricas.
“Hay un momento en el que deciden reducirte: te esposan a la cama, te drogan y te separan de todas las personas que conoces. Me alegro de haber experimentado esa situación porque ahora puedo empezar a hacer algo al respecto para cambiarla. Cuando te encuentras en ese estado, necesitas tener a tu lado a alguien en quien puedas confiar. Es cruel y primitivo que se actúe de esa manera con los enfermos“.
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