Por Fernando Martínez
Picoteando el Espectáculo“Imagínate todo lo que pasa por la cabeza de quienes perdimos el trabajo y además no tenemos papeles para recibir beneficios, quienes tenemos niños y empezamos a ver la nevera vacía. Esto es para volverse loco, hermano”.
La preocupación del trabajador de la construcción salvadoreño Juan Garrido, de 42 años, posiblemente se multiplica en todos los rincones, de diferentes maneras, en miles de familias hispanas de la Gran Manzana, afectadas material y emocionalmente ante los efectos colaterales que está dejando la epidemia del coronavirus.
Si además se revisan encuestas recientes del Graduate Schools of Public Health (CUNY SPH) que precisan que el 41% de quienes reportaron haber perdido el trabajo en Nueva York, en medio de esta crisis, son de origen hispano, no es difícil concluir la devastación emocional que podría estar rodeando a miles de familias.
De cada cinco personas que perdieron sus fuentes de ingresos, por las medidas de cierre que obligó la expansión rápida del COVID-19, dos son latinas.
El abogado peruano Luis Rosas, de 42 años, vive en Manhattan. No ha perdido su trabajo, pero escucha rumores que la empresa trasnacional para la cual trabaja empezará reducciones de todo tipo la próxima semana, cuando se cumplen dos semanas de aislamiento social.
“Quizás no me enferme del coronavirus o quizás sí, pero de manera leve, pero lo que sí te puedo decir es que esta situación destroza mi tranquilidad. A uno le da la impresión que todo se viene abajo. Asomarte y ver la ciudad de esta manera. Te da miedo tocar algo. Estás viendo el virus en todas partes. Enciendes la TV y no ves una solución. Cuando llega un correo de la oficina, ya crees que es el final”, confiesa Luis.
Pero para otros la tensión no está asociada con el dinero, porque contradictoriamente, la emergencia le ha traído la posibilidad de trabajar más horas.
El enfermero guatemalteco “Pedro” de 38 años quien trabaja en un hospital público en Queens, en donde desde hace dos días empieza a observar una cantidad inmensa de pacientes con cuadros respitarios, cuenta que tristemente empieza a “sentirse impotente profesionalmente porque los pacientes son demasiados y la capacidad de atención es mínima”.
“Pedro” cuenta que eso le genera un estrés laboral terrible a su equipo en sala de emergencia.
“Es como si estuviéramos en una guerra. Llegan y llegan pacientes. Primero tienes que protegerte tu, por tu familia y para seguir en esta batalla. Segundo, están los casos que los doctores tienen que chequear de mayor a menor gravedad en sus cuadros, para atenderlos primero. Es muy tenso trabajar bajo este esquema”, comentá el profesional de la salud.
Nuevos recursos de ayuda emocional
Las autoridades de la Salud de la Ciudad tienen claro que la aparición o la agudización de cuadros de ansiedad y de estrés es un escenario predecible ante una coyuntura que no deja de afectar de alguna forma, sin excepción, a cada uno de los neoyorquinos.
Y ante esta dinámica que podría encender un escenario de graves problemas de salud mental, el Departamento de Salud de la Ciudad (DOHMH) divulgó esta semana una guía, en varios idiomas: Cómo lidiar con el estrés y la distancia social durante el brote de coronavirus (COVID-19).
“Todo esto puede aumentar el estrés de la situación en la que estamos. Sentirse abrumado, triste, ansioso o con miedo, o experimentar otros síntomas de angustia, como problemas para dormir, todo esto es natural”, especifica el documento disponible en el web nyc.gov/coronavirus.
El DOHMH en el marco del programa ThriveNYC ha reforzado otras iniciativas de atención y de prevención de trastornos mentales.
De forma permanente, la Ciudad ofrece todo un programa de ayuda a la salud mental para aquellos neoyorquinos que están sufriendo de estrés, depresión y ansiedad, denominado NYC Well. A través de diversos recursos como chat, líneas de apoyo y la posibilidad de consejería personal se puede contar con canales de asesoría con profesionales en la materia.
En esta misma dirección, el gobernador Andrew Cuomo anunció el pasado miércoles que hasta la fecha, 6,000 profesionales de salud mental voluntarios se han inscrito para proporcionar servicios de salud mental en línea gratuitos.
De acuerdo con muchos reportes previos a la crisis por el coronavirus, que manejan las autoridades de salud, los hispanos manejan tasas de depresión más altas (12%) que los neoyorquinos blancos (8%) por citar solo un trastorno. Fuente el diario ny
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