A pesar de que Antonio Banderas se ha convertido por méritos propios en uno de los actores españoles más destacados a nivel internacional, sus inicios en la meca del cine no fueron nada sencillos, ya que el malagueño tuvo serios problemas para subsistir en Los Ángeles.
"No tenía un duro y me alimentaba solo de palmeras de chocolate", confesó en una entrevista a El Periódico (catalán).
Era consciente de que triunfar en Hollywood no iba a ser una tarea fácil, pero gracias a su carácter impulsivo se armó de valor para saltar el charco y comenzar una nueva vida en California.
"Soy un insensato vehemente que ha tomado las decisiones más importantes de su vida en segundos. Me voy para allá y me voy. Todas las cosas positivas me han pasado por impulsos", reveló.
Dejando atrás su Málaga natal, sin saber ni una palabra de inglés y con cinco películas de Pedro Almodóvar a sus espaldas, la promesa del cine español puso rumbo a Los Ángeles en la década de los noventa, donde conseguiría su primer papel en 'Los reyes del mambo' tras saltar a la fama por rechazar a Madonna, quien fracasó en su intento de seducirlo durante una fiesta celebrada en Madrid.
"No puede ser tan perfecto, tiene que tenerla pequeña", declaró en su momento la reina del pop.
Sin embargo, las puertas de Hollywood se abrieron para el español, que pronto vería su esfuerzo recompensado con papeles de más importancia dramática, como en la oscarizada 'Filadelfia', donde dio vida a un homosexual, pareja de Tom Hanks en la ficción.
Pero sobre todo, fue su matrimonio con Melanie Griffith el que lo catapultó finalmente al panorama internacional situándolo en el objetivo de la prensa y de la industria cinematográfica, que comenzó a fijarse más detenidamente en él. A partir de ahí, Banderas alcanzó el éxito, aunque siempre manteniendo la cabeza fría y teniendo presente las palabras de su padre: "No te gastes nunca lo que no tienes", recordó el actor al diario catalán.
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