Sergio George dio algo a la prensa que no debería dejárse pasar por alto.
Al hablar del método que tiene para evaluar la música que los compositores le llevan expresó textualmente lo siguiente:
“Son muchos los demos que recibo de gente queriendo que escuche su música. Y yo lo hago, los escucho 10 segundos, en ese tiempo es suficiente para saber si es bueno o viable. Con diez segundos se sabe”.
Nos consta que es mucha la gente que lleva sus canciones a los artistas y productores musicales en la esperanza de que escuchen y les graben.
En la oficina de Héctor Acosta hay una torre de CD con canciones de compositores y autores diversos que hacen lo indecible porque les graben.
Lo mismo podía ver en la oficina de J&N Récords.
Luce engreido, pedante, altanero el señor George queriendo demostrar que es un gurú de la música.
No le quitamos méritos ni créditos, pero no debería asumir una actitud tan humillante frente a la creación, el trabajo y el esfuerzo de los demás.
No es verdad eso de que con solo escuchar 10 segundos de una canción ya sabe si será un éxito o no.
Como si detectar un éxito musical fuera tan fácil.
Son muchos los casos que se ddado de artistas y productores que apuestan al éxito de un tema y no pasa nada.
Y Sergio George se quiere vender que él es de los pocos que si sabe detectar los éxitos con solo 10 segundos escuchando.
Cierto es que las primeras impresiones son las que valen, pero ocurre y viene a ser que hay canciones, composiciones que de primera impresión no dicen nada, y son desechadas. Sin embargo las toma otro y las convierte en un éxito.
Eso se ha visto muchas veces.
Lo que sucede es que los productores muchas veces subestiman a los compositores y autores nóveles o desconocidos, que no tienen nombre, así como aquellos que no están pegados.
Por lo demás, aql enfocar la salsa dominicana, al señor George se le vió el refajo.
No solo dio consejos, sino que de manera velada criticí al maestro Victor Waill y a todos aquellos que están haciendo la salsa dominicana con gran éxito.
Viene a pontificar a un país que se está proyectando bien con la sala.
Debería ir a Puerto Rico a dar consejos, y a tratar de levantar el alicaído género.
De seguro que los salseros boricuas se lo agradecerán
Al hablar del método que tiene para evaluar la música que los compositores le llevan expresó textualmente lo siguiente:
“Son muchos los demos que recibo de gente queriendo que escuche su música. Y yo lo hago, los escucho 10 segundos, en ese tiempo es suficiente para saber si es bueno o viable. Con diez segundos se sabe”.
Nos consta que es mucha la gente que lleva sus canciones a los artistas y productores musicales en la esperanza de que escuchen y les graben.
En la oficina de Héctor Acosta hay una torre de CD con canciones de compositores y autores diversos que hacen lo indecible porque les graben.
Lo mismo podía ver en la oficina de J&N Récords.
Luce engreido, pedante, altanero el señor George queriendo demostrar que es un gurú de la música.
No le quitamos méritos ni créditos, pero no debería asumir una actitud tan humillante frente a la creación, el trabajo y el esfuerzo de los demás.
No es verdad eso de que con solo escuchar 10 segundos de una canción ya sabe si será un éxito o no.
Como si detectar un éxito musical fuera tan fácil.
Son muchos los casos que se ddado de artistas y productores que apuestan al éxito de un tema y no pasa nada.
Y Sergio George se quiere vender que él es de los pocos que si sabe detectar los éxitos con solo 10 segundos escuchando.
Cierto es que las primeras impresiones son las que valen, pero ocurre y viene a ser que hay canciones, composiciones que de primera impresión no dicen nada, y son desechadas. Sin embargo las toma otro y las convierte en un éxito.
Eso se ha visto muchas veces.
Lo que sucede es que los productores muchas veces subestiman a los compositores y autores nóveles o desconocidos, que no tienen nombre, así como aquellos que no están pegados.
Por lo demás, aql enfocar la salsa dominicana, al señor George se le vió el refajo.
No solo dio consejos, sino que de manera velada criticí al maestro Victor Waill y a todos aquellos que están haciendo la salsa dominicana con gran éxito.
Viene a pontificar a un país que se está proyectando bien con la sala.
Debería ir a Puerto Rico a dar consejos, y a tratar de levantar el alicaído género.
De seguro que los salseros boricuas se lo agradecerán
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