-Más caro. Esta fecha aumentará la demanda de habitaciones y con esto los precios a la alza. Siendo este festejo al amor una buena oportunidad de negocio no faltará el dueño que aproveche, así que antes de decidir pagar por un cuarto asegúrate de comparar precios.
-Menos tiempo. Una cosa lleva a la otra, así como la demanda será mayor, el tiempo podría agobiarte. No es que haya filas esperando entrar a una recámara pero el ambiente de estrés por lograr una reservación podría provocar que el personal del motel esté muy a la expectativa de tu desempeño, bueno, del tiempo restante. ¡No disfrutes de tu amor a contrarreloj!
-Cliché y poca intimidad. Ir a un motel es una de las ideas más recurrentes; si de verdad quieres pasar tiempo a solas con tu pareja mejor planeen un lugar lejos de la ciudad. Sí la idea surgió de pronto, pueden esperar otro día que no sea precisamente San Valentín. Además nada te asegura que no te toque escuchar lo que está pasando en la habitación contigua, es incómodo y anti romántico. Rompe clichés.
-Limpieza en duda. La actividad comenzará desde temprano; parejas entran, sale y contagian a la camarera de esa velocidad que deberá aprovechar para revisar y limpiar rápidamente cada habitación. No se trata de revisar con guantes que todo esté impecable pero este día en especial podrías dudar un poco más del cambio de sábanas.
-Que te siga la mala suerte. Este año el 14 de febrero cae en sábado, un día después del VIERNES 13 así es que para los supersticiosos la mala suerte podría hacer de las suyas y encontrarse -entrar o salir del motel- a algún familiar, hermano o para los menos fieles ¡a su novi@!. Ahórrate la pena, este es el peor día para visitar estos edificios de placer.
Fuente publimetro
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