La cantante Madonna se emborrachó, insultó y hasta pidió sexo en escena, durante su reciente concierto celebrado en Melbourne, como celebración de su regreso a Australia después de 23 años.
Con su show "Tears Of A Clown", un espectáculo basado en el circo, la "Reina del Pop" apareció vestida de payaso y repasó algunos de sus temas más emblemáticos.
El problema se suscitó cuando la cantante neoyorquina de 57 años apareció bebiendo alcohol de manera abundante sobre el escenario en varias ocasiones, mientras aseguraba que "no le gusta hacer las cosas mal".
Pero antes visiblemente afectada por el alcohol solicitó a la audiencia: "Por favor, que alguien me folle" y luego recapacitó "estoy de broma, no necesito pedir eso".
En otro momento de su desafortunada actuación Madonna recordó entre lágrimas a su hijo Rocco, por el que tiene una batalla en los tribunales con su padre, el cineasta británico Guy Ritchie.
El repertorio especialmente triste, la abundancia de alcohol y que la cantante no se pudiera mantener erguida durante el concierto evidenció lo mal que la está pasando la estrella de la música pop en el plano familiar.
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