Hoy leo con indignación una nota publicada en el periódico Hoy, en la sección que dirige nuestro presidente Jorge Ramos, donde oficializan un homenaje al enemigo público número uno de Acroarte y premio Soberano, el destacado, noble, y super héroe Vladimir Dotel, del grupo Ilegales.
Cuánta pena y verguenza sentí como miembro de una institución por la que tanto se ha luchado leer que el rumor era una realidad, que la información se hizo pública un sábado para evitar el escándalo que desataría "honrar" a un delincuente que se portó de la peor manera contra Acroarte, no contra la pasada directiva.
Acroarte y sus directivos se arrodillaron frente a este GRAN ARTISTA que más que un simple reconocimiento deberían entregarle el GRAN SOBERANO.
Apena recordar, para la mala memoria histórica, que este "señor" penetró, a través de aliados de dentro y de fuera de Acroarte, las nominaciones de la versión 2014 con la intención de enviar el mensaje de una inexistente vulnerabilidad con que operan las nominaciones.
La mala memoria debe tener de medicina alguien que se atreva a refrescarla. No me sorprende que el "señor" sea tan desmemoriado, porque el irresponsable, el farsante, solo vive para alimentar sus propósitos, no importa las acciones para llevarlos a cabo.
Lo grave es que Cervecería Nacional Dominicana y la directiva de Acroarte padezcan de una amnesia tan acentuada que este "señor" haya trapeado el piso con sus miembros y la propia institución como para "premiar" una "trayectoria" de ¿aportes? a la cultura musical dominicana.
Como extraña también que la productora Edilenia Tactuk y Acroarte hayan "olvidado" que este mismo "señor" los dejó plantados tres días antes de la Premiación del 2011, con otro segmento dedicado a estrella de la música mundial.
Como ex presidente que conoció los desmanes de este "señor" y sus amigos cronistas, cómplices de la trama contra "su" institución, así como del Comité Ejecutivo, que dicho sea de paso, no se prestó a ningún tipo de chantaje, que los hubo durante esos dos años de mandato, rechazo y condeno cualquier reconocimiento en premios Soberano a este "señor".
Sabemos el tráfico de influencia que pusieron en práctica sus amigos cronistas, farsantes y chantajistas, los mismos que se prestaron a poner a circular información privada de la premiación en franca violación a la ley. De nuevo los refajos al aire.
¡Cuánta desfachatez!!!!
José Antonio Aybar
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