Como decíamos ayer, hay no minados y no-mirados. Entre los merengueros: Villalona, Sergio Vargas, Jeffrey y Stefanny Constanza son de los que más fiestas tocan, pero no se nominaron. Insisto: ¿qué se premia? ¿Calidad, cantidad o popularidad?
No-mirado fue Zacarías Ferreira y debió serlo como bachatero por Diez segundos.
Si yo fuera mi querida y admirada Edilenia Tactuck renunciaba a la nominación por The New York Band en vivo, porque realmente fue algo hecho para la gala del año pasado y ahí hay un conflicto de intereses. Como Withman: “Me celebro y me canto a mí mismo”.
Otro traspié. ¿Cómo se nomina el concierto de Ilegales Concert Party 20 años como Espectáculo del Año? Eso lo dijo el propio título, fue un concierto, no un espectáculo.
No-mirado fue el Espectáculo de Humor “Buscando el peso”, de Juan Carlos Pichardo celebrado en escenario 360. Por la excelencia de la propuesta, con banda musical incluida, dos noches seguidas, mereció la nominación.
Algo que falta en Acroarte son señales claras de qué se premia. Titirimundati es una vergüenza de humor pedestre, con escenografía de cartón, mala puesta en escena y chistes de mal gusto donde muchas veces la mujer, los gay, los ancianos o los que tienen defectos físicos quedan mal parados. Toda nominación es un premio en sí. ¿Se premia la mediocridad, el mal gusto? ¿Hasta cuando?
Como Programa de Investigación, ¿alguien que no sea de Santiago ha visto Código calle? Esto es un abuso para sus productores, y debió competir como programa regional.
Entre los no-mirados más sonados estuvo, como escribí, el documental más premiado de la historia dominicana Caribbean fantasy como Película del Año y su directora Johanné Gómez, en el acápitecorrespondiente.
Renglón clásico: esta vez las nominaciones se han desbordado en una escandalosa situación que ha provocado la renuncia (ya una vez lo había hecho la bailarina Stephanie Bauger) a su nominación a la bailarina (que eso no se quita nunca) Mercedes Morales, quien dirigía el Ballet Nacional Dominicano cuando se presentó “Repertorio”, que por demás no fue una obra o una coreografía, sino un nombre comercial para un conjunto de coreografías parte del repertorio de esa compañía. Morales dijo en la carta “No es la primera vez que este tipo de error sucede en el más importante premio a nuestro arte y cultura. Exhorto a los responsables de escoger los artistas galardonados cada año a hacer un recorrido más minucioso por la agenda cultural ofrecida año tras año por nuestras compañías y/o artistas locales, esta situación es vergonzosa para los afectados ya que denota una falta de información y cobertura absoluta”. Más claro de ahí, ni el agua.
Los bailarines clásicos nominados fueron partenaires de bailarinas, las cuales no fueron nominadas. Dejan fuera siempre a los bailarines de danza contemporánea. Dicho sea Marcos Rodríguez aparece como bailarín de la supuesta obra “Edanco”. Como saben, Edanco no es una obra, es un festival de danza contemporánea muy importante, mas no una coreografía.
Daymee del Toro, coreógrafa y bailarina de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea fue no-mirada y su premiada obra Gleba (recibió el Gran premio Quisqueya), bien merecía ser nominada. También lo mereció Patricia Ortega, por su obra Tema dispar, vista incluso en Edanco.
¿Alguien puede explicar a qué llaman Producción Escénica? Balk es una obra, una coreografía, no una producción escénica. Su autor es Francisco Centeno, y no la Compañía Nacional de Danza Contemporánea. La princesa de las Czardas que sí fue una conjunción de géneros, incluidos la música, el canto, la actuación, la danza. ¿Seguimos?
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