Hay fans de Serrat que le han visto actuar diez, doce, quince veces a lo largo de su vida, solo o acompañado de sus amigos.
Pero jamás han podido escuchar en directo el disco «Mediterráneo» entero, de principio a fin.
Ése es el principal reclamo de la gira que el cantautor catalán comienza este domingo en Roquetas de Mar, y que le llevará por toda España (con cuatro fechas en Madrid y dos en Barcelona) hasta julio de 2019. «Vuelvo a la carretera o, mejor dicho, a los mares», bromeaba el artista al presentar esta gira que describe como «mutante». «Además de todas las canciones de “Mediterráneo” también cantaré otras sorpresas que creo que nadie se espera, y por eso cada concierto será diferente al anterior».
Una era de fronteras
«Da Capo» arranca con un trasfondo social «evidente y dramático», señala Serrat. «En una época de fronteras, yo me siento un hombre integrado en el Mediterráneo, porque he crecido con su cultura y he tenido la posibilidad de tener mucha cercanía con él en lo personal y lo artístico». En su repertorio, que también incluirágrandes clásicos de toda su discografía, «habrá canciones que tratan sobre el mar, y otras que tratan sobre los hombres y mujeres que tratan de cruzarlo intentando encontrar un lugar donde tener mejores oportunidades. El Mediterráneo es gloria y miseria».
Siempre alejado de las doctrinas y de las verdades inamovibles, Serrat se considera un autor de canciones «que no lanzan mensajes, sinoque hacen compañía», y un intérprete que sube al escenario «para compartir música con la gente, no para aleccionarla». Pero sí tiene claro que en sus espectáculos se tratará «de una u otra forma» la crisis de los refugiados. «Quienes tienen que dejar atrás su tierra, ya sea por cuestiones de pensamiento o por cuestiones de estómago, siempre contarán con mi más absoluta, desinteresada y cariñosa solidaridad».
La terrible situación de los migrantes forzosos es una de las razones que han llevado a Serrat a organizar este homenaje al álbum «Mediterráneo», pero no la única. «“Da Capo” es un término musical italiano que significa volver al principio, al origen», explica. «Por eso, las canciones sonarán como sonaron en su primera versión, con los arreglos que se hicieron para la primera grabación. Es algo que me hace especial ilusión».
Ladran, luego cabalgamos
Echando la vista atrás, el artista de Barcelona asegura haber encontrado «cariño y comprensión por parte de la gente», a lo largo de una carrera de más de medio siglo en la que también se ha cruzado con indeseables de muy diferente pelaje. «Los personajes públicos, como referencia que son, deben expresar su punto de vista sobre las cosas, y yo no voy a dejar de hacerlo», asegura, «aunque eso conlleve que quien tiene otra visión del relato te vea como alguien desagradable».
Ser fiel a sus principios le ha traído bastantes disgustos en su tierra recientemente, «pero no me voy a suicidar con cada decepción», bromea con rostro serio. «Tampoco voy a prescindir de ellas, como si no existieran. Forman parte del aprendizaje, del camino. Lo importante es poder levantarte después de cada decepción. Que las piernas te funcionen y que no pierdas nunca la capacidad de emocionarte».
Ése es el principal reclamo de la gira que el cantautor catalán comienza este domingo en Roquetas de Mar, y que le llevará por toda España (con cuatro fechas en Madrid y dos en Barcelona) hasta julio de 2019. «Vuelvo a la carretera o, mejor dicho, a los mares», bromeaba el artista al presentar esta gira que describe como «mutante». «Además de todas las canciones de “Mediterráneo” también cantaré otras sorpresas que creo que nadie se espera, y por eso cada concierto será diferente al anterior».
Una era de fronteras
«Da Capo» arranca con un trasfondo social «evidente y dramático», señala Serrat. «En una época de fronteras, yo me siento un hombre integrado en el Mediterráneo, porque he crecido con su cultura y he tenido la posibilidad de tener mucha cercanía con él en lo personal y lo artístico». En su repertorio, que también incluirágrandes clásicos de toda su discografía, «habrá canciones que tratan sobre el mar, y otras que tratan sobre los hombres y mujeres que tratan de cruzarlo intentando encontrar un lugar donde tener mejores oportunidades. El Mediterráneo es gloria y miseria».
Siempre alejado de las doctrinas y de las verdades inamovibles, Serrat se considera un autor de canciones «que no lanzan mensajes, sinoque hacen compañía», y un intérprete que sube al escenario «para compartir música con la gente, no para aleccionarla». Pero sí tiene claro que en sus espectáculos se tratará «de una u otra forma» la crisis de los refugiados. «Quienes tienen que dejar atrás su tierra, ya sea por cuestiones de pensamiento o por cuestiones de estómago, siempre contarán con mi más absoluta, desinteresada y cariñosa solidaridad».
La terrible situación de los migrantes forzosos es una de las razones que han llevado a Serrat a organizar este homenaje al álbum «Mediterráneo», pero no la única. «“Da Capo” es un término musical italiano que significa volver al principio, al origen», explica. «Por eso, las canciones sonarán como sonaron en su primera versión, con los arreglos que se hicieron para la primera grabación. Es algo que me hace especial ilusión».
Ladran, luego cabalgamos
Echando la vista atrás, el artista de Barcelona asegura haber encontrado «cariño y comprensión por parte de la gente», a lo largo de una carrera de más de medio siglo en la que también se ha cruzado con indeseables de muy diferente pelaje. «Los personajes públicos, como referencia que son, deben expresar su punto de vista sobre las cosas, y yo no voy a dejar de hacerlo», asegura, «aunque eso conlleve que quien tiene otra visión del relato te vea como alguien desagradable».
Ser fiel a sus principios le ha traído bastantes disgustos en su tierra recientemente, «pero no me voy a suicidar con cada decepción», bromea con rostro serio. «Tampoco voy a prescindir de ellas, como si no existieran. Forman parte del aprendizaje, del camino. Lo importante es poder levantarte después de cada decepción. Que las piernas te funcionen y que no pierdas nunca la capacidad de emocionarte».
Fuent ABC
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