Picoteando el Espectáculo
SANTO DOMINGO. David Ortiz fue un gran pelotero por dos décadas en el béisbol de las Grandes Ligas y por sus logros, fue electo al Salón de la Fama de Cooperstown.
Ortiz sabe muy bien los sacrificios que hay que hacer y lo duro que hay que trabajar para lograr algo en la vida.
A sus 46 años, Ortiz ha sido una figura importante en la sociedad dominicana, no solo por su impacto deportivo, sino por lo que ha tratado de aportar a la sociedad a través de su fundación y con otras acciones.
Y ese amor por la República Dominicana lo lleva a preocuparse por la situación que, él ve, atraviesa la juventud dominicana.
“(Me preocupa) la juventud.Es que la juventud es la fotocopia de lo que vamos a ser en los próximos 20 años. Como país hemos avanzado, gracias a la generación de la gente como nosotros, que se preparaba y tenía visión futura.Pero yo me pongo a ver en lo que está la juventud hoy en día y no veo el norte. Todo el mundo anda en perreo, en rulay, yo soy la mami chula y yo soy el tipo que la tiene”, dijo.
“La educación no es solamente al que juega que debe interesarle. Eso va de la mano con el ser humano en sí. La educación te abre muchas puertas y con el tiempo uno se va dando cuenta”, comentó Ortiz.
Lamentó que en la actualidad mucha gente no quiere “hacer su centro” sino que cree que el éxito llega de la noche a la mañana.
“La juventud de la RepúblicaDominicana que viene de los barrios, la educación no es el norte. En su gran mayoría la gente quiere ser rica, famosa, pero la gente no cree en los procesos y por eso tantos jóvenes están muriendo, están metidos en problemas, tantas familias están desaparecidas, pero es que todo tiene que tener un proceso. Nada en la vida viene sin procesos. Los procesos son los que te hacen cuidar lo que logras”, indicó.
Asimilar su elección
Han pasado más de dos semanas desde que el 25 de enero pasado Ortiz recibió la noticia de que formará parte del exclusivo círculo que llega al Salón de la Fama del Béisbol (el 1.5% de los exjugadores), pero todavía no termina de procesar la avalancha de emociones que este reconocimiento le ha generado.
Ortiz cree que le tomará meses. Confiesa que ser escogido en su primera oportunidad le ha sorprendido por el valor que tiene, a la vez que siente haberse quitado un peso y habla extendido sobre cómo ha lidiado con la sospecha del supuesto positivo a esteroides en las pruebas de ensayo en 2003.
“Para mí entrar a Cooperstown en la primera, en la segunda, en la tercera, en lo que sea, yo entendía que era lo mismo, entendía yo, pero después cuando veo el juidero y la gente hablando me di cuenta de la importancia que era entrar en la primera vuelta”, dijo Ortiz.
“Me gusta primero que las cosas se den antes de yo ir a poner un huevo hablado y diciendo. Pero es que los números míos eran demasiado acelerao. Yo puse buenos números y eso es lo que exige Cooperstown”, explica el Big Papi en su visita a DL.
Unos números que como ve el béisbol evolucionar, con el dinero que se otorga hoy, duda que en lo adelante sean requisitos, puesto que prevé a los peloteros retirándose más temprano y bajándole el listón.
Ortiz es el tercer dominicano de la generación que irrumpió en las Grandes Ligas en la década de 1990 que llega al templo de los inmortales y tiene su opinión sobre el porqué el número no es más alto con quisqueyanos que pasaron antes.
“Entiendo que nosotros tuvimos una disciplina diferente. Si te vas al caso de Pedro Guerrero según lo que se cuenta y se veía era un bateador recio, uno de los mejores bateadores dominicanos, entonces ves los números de él y no se comparan a los de nosotros”, dijo Ortiz. “¿Qué tú dices? Vámonos al estilo de vida de Pedro cuando él jugaba cómo era. Vete al estilo de Vladi, vete al estilo de David. Se acaba el juego y yo me iba para mi casa a acostarme, yo no puedo pasar malas noches, a lo mejor en un día libre te podía, pero mantuve una disciplina, que es lo único que te enseña cómo va a ser tú producción a través de los años”.
Ortiz consiguió la regularidad en el Big Show a los 24 años en Minnesota, pero entiende que su carrera como inmortal la comenzó a construir a partir de los 32 años con los Medias Rojas de Boston, ya con un buen dinero ganado, pero deseoso de prolongar su carrera hasta los 40.
La rivalidad con los Yanquis
Desde el 2004, cuando fue la cabeza del ataque contra los Yanquis de Nueva York en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, David Ortiz se convirtió en uno de los mejores productores contra los Mulos del Bronx, una de las rivalidades más intensas del juego. “Yo una vez jugué un juego con fiebre de 40 (Celsius) y me fui de 5-4 contra los Yanquis”, dijo Ortiz, quien bateó .303, con 53 jonrones y 171 remolcadas en 243 partidos en su carrera contra los Yanquis. Contó un juego en el que el dirigente Terry Francona había decidido no jugarlo porque tenía de 8-0 contra Mike Mussina. “Yo le dije que no había forma de que me sentara, él me hirió el amor propio y yo me fajé y me preparé para ese partido y el resultado fue que le conecté un jonrón. Hoy en día, por sabermetría quizás no me hubieran dejado jugar y la sabermetría es buena para el juego, pero no mide el corazón”.
Fuente diario libre
1 comentario:
Tanto que critica y el primero que anda de tiguere es el en teteo
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