El “tenemos que hablar”
Clásico comentario que levanta todas las alarmas. No sabes si hiciste algo malo, pero a la inmediatez del comentario, te pones a la defensiva. ¿Por qué? A nosotros nos suena como una amenaza ambigua y peligrosa, por lo que debes tener cuidado de no exagerar tu reacción y oír con calma lo que ella tiene que decirte.
Que ella hable mal de sí misma
Oír a tu novia/esposa decir que todo le sale mal, que se compare con otras mujeres (terrible error por parte de ella) y que se desvalorice, es una situación sumamente incómoda para nosotros. No es que no debas apoyarla cuando te pida ayuda, pero es irritante que necesite tu aprobación constantemente, ¿o no?
Los reproches
La amargura, el sarcasmo y la exigencia como formas de comunicarse, para nosotros los hombres, no funcionan. Si ella necesita decirte algo, que lo haga hablando. Que te diga cómo se siente en la relación, tratando de ser sincera y vulnerable, exactamente como ella quiere que seas tú. Si comienza con el “Tú eres…” solo logrará molestarnos.
La falta de claridad
Nadie es adivino, por lo tanto tú no puedes saber qué pasa por la mente de tu novia/esposa. Que ella te diga “no me pasa nada” cuando está rara y luego se haga la ofendida, es casi una sentencia de muerte, pues crea un círculo vicioso de discusiones innecesarias en la relación. Una vez más, el factor de la honestidad sale a relucir.
Hacerse la “princesita”
A todas las mujeres del mundo les gusta ser consentidas, nosotros como buenos tipos serios tenemos el deber de conquistarlas a través de detalles románticos para hacer sentir especial a nuestra dama. Pero, cuidado, el papel de superhéroe termina siendo cansón si la dama no puede hacer nada por sí misma. Ellas son tan capaces como todos los hombres del mundo, así que esa constante excusa de “es que no sé cómo hacer eso”, deja de ser válida al rato.
Que te trate como su mejor amiga
Pretender que la acompañes de compras todas las tardes y que además te sientas entusiasmado, es absurdo. Que se siente contigo a analizar durante horas el comportamiento de vuestros amigos en común, no es de nuestro interés.
Cuando se vuelve obsesiva con tu propio orden (o desorden)
Qué ella ayude con las tareas domésticas hace feliz a cualquier hombre, pero que si cada vez que va a tu casa tiene una necesidad compulsiva porque todo esté ordenado, ahogará la pasión que tenga entre ustedes dos.
Que actué como si fuera nuestra madre
Apreciamos su preocupación por nosotros, pero cuando llegan al punto de que nos marcan horarios, nos instan a comer comida sana todos los días, etcétera… Simplemente nosotros sabemos que la hacen con la mejor de las intenciones, pero tomar estas acciones es asesinar nuestro libido y nuestra paciencia.
Que intente “domesticarnos”
Que intenten cambiarnos, ya sea que quiera que cambiemos el estilo de ropa, que trate de moldear nuestra conducta a una que a ella le parezca “mejor”, que busque que dejemos nuestros sueños o amistades, es, por muchísimo, la cosa más irritante que puede haber en una relación. Nosotros no buscamos una mujer para que nos cambie, sino para que nos impulse a ser mejores. Son cosas muy diferentes.
(untiposerio.com)
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