Por Nikauly de la Mota/Mirando hacia arriba
Mis afectos para ustedes apreciados lectores,cada vez que me dedico a escribir esta columna pienso profundamente que puedo compartirles experiencias que les ayuden a crecer y elevar sus niveles de conciencia en un mundo que lo que menos está importando es estar conscientes.
Echando un vistazo a recientes acontecimientos, hoy me inclino a invitarles a revisar cómo estamos manejando los recursos y poderes que desde la posición en la que nos encontramos se nos han dado.
Dicen que al que mucho se le da, mucho se le demanda y aun en lo poco impera tener sabiduría en nuestra forma de actuar y decidir.
Un caso que amerita reflexión es el del ex presidente de Guatemala Otto Pérez Molina, no para juzgarlo ni criticarlo, sino más bien para evitar que nos suceda algo similar.
Pensar en lo difícil que resulta ser candidato presidencial, que la mayoría pongan su confianza en ti y lograr ganar unas elecciones, más tarde dirigir una nación y ser el elegido por la divinidad para manejar todos los recursos del estado y el rumbo de un país; es una gran oportunidad para afectar positivamente y transformar todo lo posible, es lamentable ver cómo se pierde lo que pudo ser una gran visión y una extraordinaria misión por no valorar la bendición, por no estar consciente que cada día está más acelerada la ley de causa y efecto.
Me pregunto qué estará hoy día pensando este señor en la cárcel, que de ser la máxima autoridad de su país pasó a ser un preso más, lo veo desde la compasión y la misericordia y me duele el alma.
Nos toca observar cómo estamos liderando nuestras familias, empresas, recursos y hasta nuestras influencias sobre los demás para hacerlo con la conciencia correcta y tener presente que nada es nuestro y que todo es transitorio, de esta manera podemos tomar decisiones más acertadas y tener conductas más adecuadas.
Sé sabio en todo lo que haces y cuando no sepas qué hacer o te estés debatiendo entre hacer el bien o el mal, pide sabiduría de lo alto, a veces hacer la línea entre lo bueno y lo malo es tan fina que no se vé.
Hasta la próxima semana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario