Escucho a gente de la televisión quejándose por el hecho de que el cine acapara apoyo publicitario que anteriormente estaba dirigido a ellos.
Alegan que la Ley de Cine les perjudica, en vez de procurar una legislación que favorezca a los de la pantalla chica estableciendo, excenciones y beneficios a quienes apoyen con su publicidad y patrocinen los programas realizados con artistas dominicanos.
La creación de una Ley de Televisión que los proteja es lo que deberían procurar y no estar gritando porque a los del cine les está yendo bien.
Lo propio deberían hacer los músicos, con la durmiente Ley de Música que no se termina de aprobar.
Algunos han llegado al extremo de pretender que el gobierno les de las emisoras de radio estatales para ellos poner música.
Lo paradójico es que todos los que alcanzaron fama y fortuna con el merengue cuando han tenido estaciones de radio le han dado la espalda al género musical.
Ya se ha mencionado el caso de Juan Luis Guerra, y su emisora Viva F.M., Wilfrido Vargas con la urbana Kiss 95, Josie Esteban con la también urbana Super Q y la cristiana Pura Vida.
Hasta los disqueros que emergieron con el merengue reniegan del mismo en sus estaciones de radio, como es el caso de Bienvenido Rodríguez, de Karen Récords, propietario de La Z y Fidelity.
El único artista que fue propietario de una emisora de radio y le dio difusión al merengue fue Johnny Ventura, cuando regenteaba Radio Fiesta, dirigida por Jesús Torres Tejeda.
Los demás asumen ahora una fementida lucha reclamando protección a la música dominicana cuando ni siquiera se preocupan por articular y lograr la aprobación de una Ley, como tampoco han sido capaces de generar conquistas a partir de una integración en la Asociación de Músicos, Bailarines y Locutores (Amucaba) la cual ha se mantiene como une entelequia.
En una actitud hipócrita lo que buscan es que el gobierno sea el que salga a "rescatar al merengue", con ellos detrás, montados en el caballo de Don Quijote.
Fuente el nacional
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