Por Yordy Torres
En la actualidad existen una línea amplia de instituciones, empresas y personas, que van en auxilio de la enorme población de personas que están en extrema pobreza, hasta ese punto es digno de elogio general.
Pero la nobleza, solidaridad, colaboración y todo término que vaya en ayuda a los que menos tienen, algunos personajes lo están llevando como puente para promocional y que sirva de curricular en la búsqueda de una posición a futuro, no importa si es política, social o económica a lo que se aspire.
En una tendencia alarmante de perdida de sentimientos y preocupación por el prójimo, de la nada aparecen unos “ Chapulin Colorado” para ayudar. Por cierto, que se aporte donde exista carencia y dar la oportunidad es aplaudible, pero lo que Dios no perdona, es que se juegue con la necesidad o pobreza, para luego sacar provecho en cualquier medio de comunicación.
Es triste ver un porcentaje alto (por si acaso no todos) los altruistas que van con su ayuda y su camarógrafo, para que el mundo conozca lo que hace su mano derecha. Entonces después se puede ver en las redes sociales, la manera desprendida de esa persona en álbumes de fotografías o videos ayudando al prójimo como Dios manda.
Nadie tiene el derecho de jugar con el hambre y la miseria. Es imperdonable exhibirse regalando desde un lápiz hasta una libra de arroz, solo para que le den like en las redes sociales.
Las ayudas sociales siempre son bienvenidas, pero cuando se le dé el pescado, también se enseña a pescar, así tienen el derecho a progresar e ir encaminando sus futuras generaciones a una vida digna y de progreso.
En una tendencia alarmante de perdida de sentimientos y preocupación por el prójimo, de la nada aparecen unos “ Chapulin Colorado” para ayudar. Por cierto, que se aporte donde exista carencia y dar la oportunidad es aplaudible, pero lo que Dios no perdona, es que se juegue con la necesidad o pobreza, para luego sacar provecho en cualquier medio de comunicación.
Es triste ver un porcentaje alto (por si acaso no todos) los altruistas que van con su ayuda y su camarógrafo, para que el mundo conozca lo que hace su mano derecha. Entonces después se puede ver en las redes sociales, la manera desprendida de esa persona en álbumes de fotografías o videos ayudando al prójimo como Dios manda.
Nadie tiene el derecho de jugar con el hambre y la miseria. Es imperdonable exhibirse regalando desde un lápiz hasta una libra de arroz, solo para que le den like en las redes sociales.
Las ayudas sociales siempre son bienvenidas, pero cuando se le dé el pescado, también se enseña a pescar, así tienen el derecho a progresar e ir encaminando sus futuras generaciones a una vida digna y de progreso.
Esto lo picoteamos a la vista.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario