La boda entre Lionel Messi y Antonella Rocuzzo se realizó tal como se esperaba: bajo un celoso hermetismo. Con cientos de personas esperando ver a alguno de sus ídolos y con un pacto de silencio similar al que los jugadores de la selección argentina tienen con la prensa local. Así, la alfombra roja dispuesta en uno de los sectores del fastuoso casino hotel City Center se llenó de periodistas llegados de todas partes del mundo y que, en vano, rogaron por un testimonio de los invitados que decidieron mostrarse. Cerca de las nueve de la noche, la pareja se mostró ante la prensa con una alegría indisimulable. Lionel, con un estilo sobrio, de traje negro, camisa blanca y corbata gris, con una flor blanca como detalle. Antonella, con un elegante vestido sirena blanco y un elaborado encaje en la espalda. Los novios se besaron ante los gritos y aplausos de la prensa y exhibieron el libro de familia.
También saludaron los culés Cesc Fábregas, Xavi Hernández, Carles Puyol, Sergio Busquets, Luis Suárez, Jordi Alba y Samuel Eto’o y los albicelestes Sergio Agüero, Maxi Rodríguez, Ever Banega, Fernando Gago, Angel Di María, Sergio Romero, Lucas Biglia, Mariano Andújar, Javier Mascherano y Ezequiel Lavezzi. Todos con sus respectivas parejas, que deslumbraron con modelos llenos de brillos. Entre los hombres, el que ha llamado la atención es Cesc, con una chaqueta que llevaba en su espalda un abanico de lentejuelas. Los únicos que hablaron con los medios, aunque escuetamente, fueron Jorge, Celia y María Sol Messi, quienes dijeron estar emocionados por la fiesta. "Es el partido más importante de Lionel", señaló su padre.
La privacidad comenzó días atrás, con la llegada de los invitados a la ciudad de Rosario, y continuó este viernes, con los rezagados. A las 11.58 arribaron la cantante colombiana Shakira y Gerard Piqué, la pareja más esperada. Lo hicieron en un vuelo privado que aterrizó en el aeropuerto Islas Malvinas de la localidad de Fisherton. Ella, con campera negra y gorro del mismo color, protagonizó la intriga del día, ya que muchos especularon con que iba a subir al escenario con la cantante Karina –pareja de Agüero– y el grupo de cumbia pop Maramá. Cerca de las 16.00 arribó al mismo lugar otra de las estrellas invitadas, el crack brasileño Neymar junto al lateral Dani Alves, quien semanas atrás se deshizo en elogios hacia Messi en una entrevista en la que destrozó a Diego Armando Maradona.
Los alrededores del hotel se llenaron de fanáticos que, desde muy temprano, esperaron por una foto de sus ídolos. También de policías, cerca de 300. “La cuna de tu bandera hoy festeja tu luna de miel. Gracias Lionel”, rezaba una bandera con los colores rojo y negro en la puerta del hotel. Es de Lautaro Giorgio, de 19 años, que junto con tres amigos se acercaron para que Messi sepa que lo acompañaban. "Es nuestro ídolo y nosotros le debemos todo”. El crack culé apenas jugó en el equipo rosarino, sin embargo, siempre hizo pública su afición por esos colores. “Es más que jugar en el club, lo que él representa con su nombre y que diga que es hincha o que se fanatiza por Newell's va más allá de haber jugado. Que juegue es un sueño que todos tenemos, sería genial poder verlo con la rojinegra y ese día le vamos a hacer por lo menos tres banderas mas”, comentó el joven.
El mismo tono sobrio tuvo la decoración de las mesas, todas negras y con individuales claros que hicieron destacar la vajilla antigua, especialmente alquilada para la ocasión, al igual que las sillas, de cristal estilo Tiffany, que hicieron lucir la vestimenta de los invitados. Según trascendió, fue de los pocos gastos que realizó la familia Messi, ya que el lugar fue cedido en canje, los souvenirs —una sencilla caja que contiene un vino con su correspondiente destapador y un pote de dulce de leche, postre favorito de la pulga— son de realización artesanal y hasta el DJ es un amigo de la familia.
Lomo asado, cazuela de mollejas y chorizo bombón, regado de los mejores vinos de Argentina continuaron con el raid carnívoro que fue deleite de los invitados durante las últimas 72 horas. También había una estación de sushi. Calorías que los invitados, la mayoría jugadores de fútbol, deberán quemar antes del inicio de la temporada. Aunque para eso ya habrá tiempo. Incluso para Messi, que vivirá sus primeros días de casado junto a su esposa en la finca que tiene en la localidad de Arroyo Seco, distante a 40 kilómetros al sur de Rosario, en la ruta que va hacia Buenos Aires.
Pero no todo es color de rosa. El arzobispado de la ciudad de Rosario no autorizó a la pareja a montar una capilla en el inexpugnable reducto del City Center, por lo que solo se realizó la ceremonia civil, tal vez, el momento más emotivo de la tarde noche. Un juez de paz amigo de la familia se encargó de casar a los novios en apenas 15 minutos en un atril colocado debajo de dos arcos de cristal, y con los dos hijos de la pareja, Thiago y Mateo, oficiando de testigos.
"Messi y Antonella Roccuzzo pidieron un turno para casarse hoy en la Catedral, situada en Buenos Aires y Córdoba, a un par de cuadras del Monumento Nacional a la Bandera, un lugar en el que finalmente los novios y sus familias desistieron de hacer la ceremonia religiosa por cuestiones de seguridad", abundaron allegados a la pareja y fuentes de la Iglesia de Rosario, citados por la agencia Telam. Una portavoz de la jerarquía eclesiástica rosarina dijo al diario local La Capital que “lo de la capilla en un casino fue rechazado por una cuestión histórica, siempre hay mucha resistencia de la Iglesia al juego y mucho más en un caso de tanta exposición mediática”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario