Una transexual que libró una larga batalla judicial para conseguir un documentado de identidad con nombre femenino fue elegida la "Mujer del año" en Argentina.
"Soy lo que soy. El derecho de una es el derecho de todos", resumió hoy Marcela Romero, que consiguió su nuevo documento en agosto, luego de diez años de lucha para que se le reconociera el cambio de sexo.
Romero fue distinguida anoche por la Comisión de Familia y Mujer de la Cámara de Diputados, en medio del aplauso de legisladores y de Alejandro Freyre y José María Di Bello, que el lunes próximo se casarán en Buenos Aires y se convertirán así en la primera pareja de homosexuales que contrae matrimonio en Latinoamérica.
La transexual reclamó al Parlamento que apruebe "cuanto antes" una ley que garantice los derechos civiles de las personas cuya identidad de género no se corresponde con el sexo y nombre con el que fueron inscritas, así como la anulación de normas que "criminalizan" el travestismo.
"Yo no conozco la democracia", aseguró al canal de televisión Todo Noticias para destacar la "discriminación" que sintió a lo largo de su vida.
"Me hubiera gustado, por ejemplo, seguir estudiando, pero fui rechazada por el sistema educativo cuando me asumí como mujer", explicó Romero, vicepresidenta de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros.
Marcela Romero fue elegida entre 12 mujeres seleccionadas por su lucha contra la pobreza y la droga, o en defensa del medioambiente, entre otras causas, lo que provocó que muchos asistentes a la entrega de la distinción se retiraran del recinto.
En los últimos dos años, esta distinción había sido concedida a la física María Teresa Dova, que participa en el proyecto "Gran Colisionador de Hadrones" (conocido como "La máquina de Dios"), y la doctora en filosofía Carolina Scotto, primera rectora de la Universidad Nacional de Córdoba (centro del país).
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