La televisión dominicana, en particular, la de entretenimiento, se encamina a la desaparición, y la gente que hasta ahora la consume estaría inconforme con sus contenidos y figuras.

La televisión dominicana, en particular, la de entretenimiento, se encamina a la desaparición,  y la gente que hasta ahora la consume estaría inconforme con sus contenidos y figuras.

Se habla de que los indicadores de audiencia muestran que cada día se reduce más la cantidad de televisores residenciales y de negocios y otros dispositivos conectados con programas producidos por talentos locales.

Los estudios determinan que las mayores tajadas de recepción se la llevan las trasmisiones originadas en otros países que se captan aquí a través de parábolas, telecable, de manera directa en la Web o vía Netflix.

Otro porcentaje importante lo obtienen las series, telenovelas, películas y trasmisiones diferidas o directas de programas hechos en el exterior pero que emiten los canales locales.

Mientras tanto, en Estados Unidos, Europa y grandes mercados latinoamericanos, como Argentina, Brasil y México, las cadenas televisivas invierten grandes recursos en asegurar contratos con productoras de seriales.

Incluso, se reporta que productoras que antes se enfocaban en el cine con exito ahora se orientan a la producción de series televisivas, porque en ese reglón es que se concentran las grandes audiencias en el mercado estadounidense.

Todo lo contrario acontece en República Dominicana, ya que los que han sido sustentadores 

Con relación a la inconformidad del público con la televisión nacional, se puso de manifiesto este miércoles mediante múltiples llamadas al programa “El Vacilón de la Tarde”, que produce José Antonio Aybar, junto a Kenny Valdez, José Peguero y el locutor “El Baby”.

Las quejas abarcaron desde los programas de realización más simple hasta los que concentran los mayores presupuestos, tales como Divertido con Jochy Santos, Mas Roberto, Chévere Night, y Esta Noche Mariasela.

De acuerdo a los interactivos, estas producciones se tornan reiterativas, en especial los programas de fin de semana, hasta el punto de que los artistas que se presentan son los mismos en todos, y quienes llegan al extremo de repetir los vestuarios.

En cuanto a los programas diarios nocturnos, apuntan que esos espacios no hacen esfuerzos por renovar sus esquemas de humor y los personajes que encarnan sus comediantes ya les cansan por la sobreutilización.

Igualmente, se produjeron numerosas llamadas que califican de flojos y casi vacíos de contendidos los programas que se hacen en la franja del mediodía en la televisión dominicana, es decir, entre 12 meridiano y cuatro de la tarde. Por Johnny Arrendel