El mismo día en que debía regresar a la prisión de Alcalá de Guadaíra, tras un permiso penitenciario de seis días, Isabel Pantoja ha sido ingresada en el Hospital Infanta Luisa de Sevilla, al que llegó en torno a las cinco de la madrugada.
Pantoja permanece ingresada en la primera planta del centro, dondetodo estaba preparado para su llegada, desde este martes. Su ingreso hospitalario se ha llevado a cabo apenas unas horas antes de que finalizara su segundo permiso, del que estaba disfrutando desde la semana pasada y que ha coincidido con su 59 cumpleaños.
A las cinco de la mañana, Pantoja acompañada por su hermano Agustín abandonaba la finca de Cantora para acudir al hospital. El ingreso en planta se produjo sobre las siete de la mañana e inmediatamente su abogado Carlos Esteban enviaba vía fax a la dirección del centro penitenciario de Alcalá de Guadaíra los informes médicos que corroboran la "gravedad de la situación".
Este periódico ha podido confirmar que el ingreso de la cantante (quien padece diabetes) se debe a una fuerte descompensaciónque ha sufrido su organismo por las constantes subidas y bajadas de azúcar que en las últimas semanas le estaban ocasionando graves problemas en su salud. Otras fuentes apuntan a que Pantoja sufriría problemas en el nivel del colesterol y los riñones.
El médico de la cárcel
Hace sólo unos días, el médico de la prisión sevillana decidió su traslado a un hospital para llevar a cabo las pruebas que le están realizando ahora mismo en el centro sevillano, según ha podido saber LOC.
Entonces, la cantante se negó a salir escoltada, tal y como marca el protocolo penitenciario, en este tipo de situaciones y tuvo que firmar un documento en el que bajo su responsabilidad desatendía las órdenes del médico de prisión.
El pasado jueves ya le realizaran una serie de pruebas médicas. Según fuentes del centro, Pantoja permanecerá ingresada al menos un par de días. A partir de ahora, Instituciones Penitenciarias tendrá que ser quien decida si debe de regresar a la cárcel o, por el contrario, continúe en el hospital hasta recibir el alta médica.
La tonadillera tiene prohibida la entrada de familiares en su habitación y permanece escoltada por dos miembros de las fuerzas de seguridad.
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