Por Agustín de la Cruz (Sugar).
New York, (SL) -Específicamente en el área tri-estatal, hace tiempo se perdieron los escenarios multitudinarios, grandes clubes que fueron convertidos en los hoy populares lounge de poca capacidad.
Las razones son varias, pero la más importante, nada tiene que ver con la pérdida de popularidad de ningún ritmo existe, sobre todo del cuestionado merengue, sino que responde a una licencia para establecimientos que vende comida y/o bebidas, tales como bares, clubes, tabernas y discotecas, los cuales deben tener una licencia de cabaret para permitir a los clientes bailar.
Si nos enfocamos en la música y artistas que van de gira a los Estados Unidos, vamos a encontrar que en cada ritmo que exportamos, el protagonismo recae sobre los mismos exponentes, ya sean los merengueros y bachateros tradicionales, caso igual ocurre con las nuevas propuestas de salsa y urbanos.
La misma carencia de los famosos relevos del merengue, existe en la bachata, ritmo que hace tiempo carece de la pegada de alguna nueva figura, pero nadie dice nada, la salsa que tantas nuevas propuestas genera, a la hora de hablar de transcendencia son los mismos 3 ó 4 los vendibles, los urbanos, quienes se reproducen como hormigas, son apenas los mismos 6 ó 7 que sobresalen, salvo el repentino y desechable surgimiento de un cualquiera.
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