Picoteando el Espectáculo
SANTO DOMINGO. Entre ‘corte y acción’, mientras ensaya sus líneas y perfecciona su acento dominicano, encontramos al experimentado actor mexicano Damián Alcázar, a quien hemos visto en exitosas producciones tanto en cine como en televisión como El crimen del padre Amaro, Crónicas de Narnia: El príncipe Caspian, y más recientemente, la serie Narcos. Con él conversamos a propósito de su participación en la película Cartas de un sicario, dirigida por Pedro Urrutia.
—Regresa al país para filmar una nueva producción cinematográfica, esta vez de la mano de Pedro Urrutia, ¿cómo se ha sentido en estos días de filmación en la Rrpública Dominicana?
Ustedes tienen un país extraordinario, una isla maravillosa llena de diversidad. Se come delicioso, con las hermosas playas del caribe. ¿Cómo cree que me puedo sentir? Me he sentido muy bien. Y luego, vengo a hacer lo que me apasiona, que es el cine, estoy feliz.
—¿De qué trata la película Cartas de un sicario?
Habla de un periodo complicado, como ha ocurrido en muchos países en que en determinados momentos, la delincuencia crece tanto que se va alejando de las manos de la Justicia y de la policía, y entonces se crean grupos de sicarios o asesinos, que no pagan por las personas que exterminan. He leído mucho sobre la historia dominicana, y es justo en la época del gobierno de Balaguer en que está ambientado el filme. Ahora bien, no es una cosa antropológica o realista. Está basada en hechos y sucesos reales que es importante que la gente conozca, sobre todo los jovencitos, para que esas cosas no se repitan. Entiendo que todo debe hacerse en el marco de la ley y del derecho.
Lo importante en esta historia es cómo se cuenta, cómo el cineasta propone una cosa bien hecha, bella, mágica, plástica, con talento en todos los sentidos, no solo en la actuación. Tiene una buena fotografía, un vestuario formidable, una dirección de arte que encuentra los espacios ideales y las mejores locaciones, entonces eso es importante para ver en el cine. Se verá una película que llevará a los espectadores a reflexionar y al mismo tiempo a disfrutar de las relaciones humanas.
— ¿Qué significa ese reto de actuar como dominicano siendo mexicano?
Por diferentes razones me he estado dedicando a hacer cine latinoamericano, he hecho de colombiano, hablando con su acento, lo he hecho también como peruano, he grabado además en Bolivia y Costa Rica. En República Dominicana es mi quinta película. Los acentos no se pueden imitar, se tienen que adquirir. Tienes que escucharlos, trabajar con la gente, entender los acentos de cada región e ir distinguiéndolos. Ver cómo emiten la voz, cómo es la dicción. Los dominicanos hablan de forma más cercana.
—Hablando de desafíos actorales, ¿cómo fue adentrarse en la piel de un personaje tan polémico para los dominicanos, como Rafael L. Trujillo, a quien interpretó en una película?
Resulta mejor hasta cierto punto para el público ver a un extranjero interpretar a un personaje emblemático de su historia, porque no existe una predeterminación a ver algo en específico. Porque si ven un actor reconocido de ese país, van a ser más exigentes, pero si ves a un extranjero te olvidas de quien lo interpreta y te concentras en cómo cuenta la historia. A nosotros nos pasó con un español que interpretó a Cantinflas y lo hizo formidable, pese a los cuestionamientos previos.
El cine dominicano está en su mejor momento. La ley de cine me parece formidable. Qué bueno que se esté cubriendo y dando impulso a los talentos dominicanos, que hay muchísimos. Te aseguro que en unos años más se va a destacar en el ámbito internacional. Ahora lo que falta es ir preparando salas de cine para que la población local pueda ver su cine, porque si no lo ven, entonces se va a empezar a encarecer y la gente ya no va a querer invertir en la industria, y además no lo van a conocer.
No podemos ver nuestras historias maravillosas. Hace falta que además del impulso que se le está dando al cine se vaya pensando en protegerlo con varias salas para ver cine dominicano y cine de calidad de todas partes del mundo.
Pedro Urrutia, director
Unir talento local e internacional no fue nada fácil para el joven director dominicano, así lo aseguró a DL durante las pausas de filmación de la cinta.
“Fue difícil, tomó tiempo hacer esta unión, pero pudimos aglutinar en un mismo proyecto a actores de la talla de Damián Alcázar, Julio Bracho y Tempo. Además de Antonio Riestra, un director de fotografía de Hollywood. Tener a esas personas aquí fue algo que tomó tiempo. Me siento que estoy soñando despierto”, aseveró Urrutia.
La película estaría lista para julio de este año.
SANTO DOMINGO. Entre ‘corte y acción’, mientras ensaya sus líneas y perfecciona su acento dominicano, encontramos al experimentado actor mexicano Damián Alcázar, a quien hemos visto en exitosas producciones tanto en cine como en televisión como El crimen del padre Amaro, Crónicas de Narnia: El príncipe Caspian, y más recientemente, la serie Narcos. Con él conversamos a propósito de su participación en la película Cartas de un sicario, dirigida por Pedro Urrutia.
—Regresa al país para filmar una nueva producción cinematográfica, esta vez de la mano de Pedro Urrutia, ¿cómo se ha sentido en estos días de filmación en la Rrpública Dominicana?
Ustedes tienen un país extraordinario, una isla maravillosa llena de diversidad. Se come delicioso, con las hermosas playas del caribe. ¿Cómo cree que me puedo sentir? Me he sentido muy bien. Y luego, vengo a hacer lo que me apasiona, que es el cine, estoy feliz.
—¿De qué trata la película Cartas de un sicario?
Habla de un periodo complicado, como ha ocurrido en muchos países en que en determinados momentos, la delincuencia crece tanto que se va alejando de las manos de la Justicia y de la policía, y entonces se crean grupos de sicarios o asesinos, que no pagan por las personas que exterminan. He leído mucho sobre la historia dominicana, y es justo en la época del gobierno de Balaguer en que está ambientado el filme. Ahora bien, no es una cosa antropológica o realista. Está basada en hechos y sucesos reales que es importante que la gente conozca, sobre todo los jovencitos, para que esas cosas no se repitan. Entiendo que todo debe hacerse en el marco de la ley y del derecho.
Lo importante en esta historia es cómo se cuenta, cómo el cineasta propone una cosa bien hecha, bella, mágica, plástica, con talento en todos los sentidos, no solo en la actuación. Tiene una buena fotografía, un vestuario formidable, una dirección de arte que encuentra los espacios ideales y las mejores locaciones, entonces eso es importante para ver en el cine. Se verá una película que llevará a los espectadores a reflexionar y al mismo tiempo a disfrutar de las relaciones humanas.
— ¿Qué significa ese reto de actuar como dominicano siendo mexicano?
Por diferentes razones me he estado dedicando a hacer cine latinoamericano, he hecho de colombiano, hablando con su acento, lo he hecho también como peruano, he grabado además en Bolivia y Costa Rica. En República Dominicana es mi quinta película. Los acentos no se pueden imitar, se tienen que adquirir. Tienes que escucharlos, trabajar con la gente, entender los acentos de cada región e ir distinguiéndolos. Ver cómo emiten la voz, cómo es la dicción. Los dominicanos hablan de forma más cercana.
—Hablando de desafíos actorales, ¿cómo fue adentrarse en la piel de un personaje tan polémico para los dominicanos, como Rafael L. Trujillo, a quien interpretó en una película?
Resulta mejor hasta cierto punto para el público ver a un extranjero interpretar a un personaje emblemático de su historia, porque no existe una predeterminación a ver algo en específico. Porque si ven un actor reconocido de ese país, van a ser más exigentes, pero si ves a un extranjero te olvidas de quien lo interpreta y te concentras en cómo cuenta la historia. A nosotros nos pasó con un español que interpretó a Cantinflas y lo hizo formidable, pese a los cuestionamientos previos.
El cine dominicano está en su mejor momento. La ley de cine me parece formidable. Qué bueno que se esté cubriendo y dando impulso a los talentos dominicanos, que hay muchísimos. Te aseguro que en unos años más se va a destacar en el ámbito internacional. Ahora lo que falta es ir preparando salas de cine para que la población local pueda ver su cine, porque si no lo ven, entonces se va a empezar a encarecer y la gente ya no va a querer invertir en la industria, y además no lo van a conocer.
No podemos ver nuestras historias maravillosas. Hace falta que además del impulso que se le está dando al cine se vaya pensando en protegerlo con varias salas para ver cine dominicano y cine de calidad de todas partes del mundo.
Pedro Urrutia, director
Unir talento local e internacional no fue nada fácil para el joven director dominicano, así lo aseguró a DL durante las pausas de filmación de la cinta.
“Fue difícil, tomó tiempo hacer esta unión, pero pudimos aglutinar en un mismo proyecto a actores de la talla de Damián Alcázar, Julio Bracho y Tempo. Además de Antonio Riestra, un director de fotografía de Hollywood. Tener a esas personas aquí fue algo que tomó tiempo. Me siento que estoy soñando despierto”, aseveró Urrutia.
La película estaría lista para julio de este año.
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