Por más que sumo, resto y divido no he podido entender el homenaje que le harán a Wilfrido Vargas en la venidera entrega de los premios Casandra, el 13 de marzo, en el Teatro Nacional.
Y baso mi apreciación en el hecho de que Wilfrido ya en el 2002 había ganado un Soberano, el máximo galardón en el Casandra y del que por cierto fui uno de sus principales promotores que se le otorgara.
El propio merenguero lo sabe porque así él mismo lo reconoció aquella noche cuando luego de la ceremonia se presentó al periódico Listín Diario donde laborábamos a mostrar la gran presea a los compañeros que cubríamos la gala desde la redacción para agradecernos por nuestras valoraciones periodísticas de que debía ser el gran "Soberano" de ese año.
Por eso entiendo que Wilfrido Vargas no necesita otro reconocimiento en el Casandra cuando hay una caterva de artistas que merecen que se les rinda tributo por sus aportes en la música dominicana.
Y en esa lista inscribimos al músico, cantante y compositor Bonny Cepeda, a quien nunca se le ha tomado en cuenta a sabiendas de su exitosa trayectoria musical y teniendo como proeza ser el primer dominicano con un álbum de merengue nominado al Grammy Americano.
Pero qué decir de Aníbal Bravo, Ney Nilo y otros artistas a los que nunca se les ha hecho justicia en el Casandra. Realmente son de las cosas que uno no entiende.
Sin embargo prefieren homenajear a un exponente de la música como Wilfrido Vargas ya galardonado con la máxima distinción del Casandra en un segmento que por tener un protagonista repetido no contará con la emotividad y el impacto que se espera.
Sí porque además está fuerte que después de obtener "El Soberano" ahora se les haya ocurrido a alguien entregarle a esa persona una placa o un Casandra al Mérito, al menos que sea considerado para un premio competitivo.
Publicado por Juan Carlos Jiménez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario