miércoles, 18 de enero de 2012
Nuria Piera no comparte la opinión de que el periodismo es el mejor oficio del mundo.
Nuria Piera no comparte la opinión de que el periodismo es el mejor oficio del mundo. No lo piensa dos veces para afirmarlo, aunque vaya en contra del parecer de un premio Nobel de Literatura como Gabriel García Márquez. Lo que no puede refutar es que desde que debutara el 17 de enero de 1987 con su programa de investigación periodística “Nuria”, este sería el oficio de su vida, el que la llevaría a convertirse en lo que es hoy en día, un referente del periodismo comprometido en América Latina.
Veinticinco años cumple el programa “Nuria: Investigación periodística”, ¿qué significa esta celebración para ti?
Si vamos a limitar los acontecimientos de la vida de un ser humano en el tiempo, pienso que 25 años es una lucha importante para tenerla en consideración. Al principio, no era un programa de investigación, sino un espacio de variedades. Al momento de que fueron cambiándome de hora entonces también se transformó un poco la parte de la producción y a dónde iba dirigido.
El escritor Gabriel García Márquez piensa que el periodismo es el mejor oficio del mundo. ¿Estos 25 años te han demostrado que es así?
Tal vez para su forma de ver las cosas puede ser, pero hay personas que hacen otras cosas importantes, salvan vidas, protegen a los demás. Entonces cada quien viene a ejercer lo que más le apasiona y lo que su instinto le dice. No quiero decir que el periodismo es la mejor profesión del mundo porque irrespetaría a aquellos que han logrado con su profesión ayudar a la humanidad. De lo que sí estoy segura es que el periodismo es un sacerdocio que hay que mantenerlo con la sinceridad, con la honestidad y la humildad necesaria para ser representante de la sociedad de los hechos que pasan.
Conocemos una mujer agresiva en el ejercicio del periodismo, pero fuera de esta profesión, ¿quién es Nuria?
Hay personas que dicen que tengo doble personalidad, porque entienden que uno tal vez va a ejercer el personaje de la televisión durante las 24 horas del día. Nadie puede ejercer una misma conducta 24 horas, nada es blanco y negro, porque hay muchos matices, y de repente yo tengo otros matices en la personalidad que tal vez no se pueden ver a través de la pantalla pero que están ahí. Cuando estoy fuera de mi oficio se hace cargo esa otra parte de mí, de las cosas simples, de estar con mi hija, de compartir con mi familia, con los amigos, donde no soy contestataria ni el centro de atención.
No canto, pero bailo si la pareja sabe bailar. Me encanta leer, ir al cine, ese tipo de cosas. Soy una persona normal. Eso sí, soy vegetariana desde hace 22 años [risas]. Casi no hago ejercicios, algo que cambiará este año, porque dentro de mis metas está ir al gimnasio.
A propósito de la familia, ¿qué papel ha jugado ella en una carrera tan comprometida y riesgosa en la que te desenvuelves a diario?
Tengo una hija que llora porque se preocupa, es un elemento nuevo en mi vida. No han sido ni dos ni tres veces que las dos hemos llorado juntas por alguna razón. Siempre se preocupa, como es natural, cuando escucha comentarios de la gente o cuando hay tensión en mi casa.
Con una trayectoria de lujo, con premios y el respeto ganado de la sociedad, ¿piensas que aún te falta algo por demostrar?
No, por demostrar no. Pienso que esa prueba ya fue vencida. Lo que sí me queda es un inmenso deseo de seguir hacia delante, de ayudar al país, no por el afán de que puedo, o por ser mujer, sino por la misma responsabilidad social que tiene cada ser humano.
Estás celebrando tus bodas de plata en el programa, ¿te visualizas en el futuro ejerciendo el oficio?
No. Siempre en la oficina estamos todos relajando de otras figuras de la televisión internacional que a los 25 años o más están en la televisión, como un Don Francisco o de Oprah, que se pueden retirar con decencia y dignidad. Sin embargo, aquí todavía un retiro se le hace a uno imposible, no hay forma de decir adiós con los beneficios logrados después de tanto tiempo. Pero la verdad es que no me veo por mucho tiempo haciendo este mismo trabajo. Espero que Dios me tenga otra estadía donde pueda pasar y también dejar una huella.
Qué ha sido lo más gratificante durante este cuarto de siglo que cumple “Nuria”?
Ver que con una ayudita se pudo transformar la conducta de una sociedad, para mí esto ha sido lo más gratificante. Siento que vale la pena cuando logro un cambio de conciencia en la ciudadanía, cuando logro sacar un corrupto del mercado, cuando logro que mi familia se sienta feliz por hacer un trabajo honesto y que la gente y entidades lo reconozcan así.
Escuchamos a diario que las fórmulas se desgastan, sin embargo, cada entrega de Nuria se mantiene con un rating envidiable
En la vida hay altas y bajas. Hay sábados que tenemos mucha audiencia, dependiendo del material que uno tenga en las manos. Tenemos una competencia despiadada, que es la internacional, porque frente a esta parte estamos un poco resagado con propuesta. Competir con productos internacionales, tomando en cuenta el poder adquisitivo del país, es casi imposible enfrentar y uno queda muy malparado frente a la televisión extranjera. Sin embargo, nos hemos mantenido de pie durante 25 años, porque logramos temas de interés para el público y hemos diversificado la producción.
¿Hay algunos cambios en la producción a propósito de este aniversario?
En realidad esta celebración me agarró de sorpresa, ha sido por la alegría de la gente que me ha puesto a pensar -¡wao, son 25 años!-. Para ser sincera, no hay cambios previstos para la producción, porque es la dinámica del día a día que va produciendo la transformación.
“Nuria” ha sido una escuela para muchos periodistas y dicen que eres muy exigente...
Realmente soy muy exigente en mi trabajo, busco casi, casi la perfección, lo que me ha traído algunos inconvenientes, porque a veces no se entiende eso. Hay una cultura de dejar las cosas por arriba, de no profundizar, y de repente esto choca con mi temperamento y mi forma de hacer periodismo.
Nosotros trabajamos con situaciones que afectan a personas, por lo tanto debemos estar cien por ciento seguros de lo que vamos a sacar y por tanto mi insistencia nunca va a ser suficiente para tener un material que no afecte por error a ninguna persona.
¿Cómo evalúas el periodismo que se hace actualmente?
En todas las áreas de cualquier país siempre debemos pedir lo mejor. Debemos seguir avanzando, madurando y exigirle a las personas mayor responsabilidad social. Esto nunca debe terminar.
¿Crees que ha valido la pena el trabajo que has realizado durante toda tu carrera profesional?
Pienso que sí. Hay un despertar en la sociedad dominicana. Pero ahora debemos de estar más atentos de cómo los gobiernos hacen las cosas, porque nos están robando nuestro dinero y no puede ser así. Cada vez pagamos más impuestos y no vemos que se solucionan los problemas primarios que afectan a millones de personas en el país.
Una trayectoria envidiable en la TV
Nuria Piera inició su carrera en la televisión a los ocho años de edad. Uno de los primeros programas en el que participó cuando era joven fue “El Sheriff Marcos”. Luego estuvo en “Domingo de mi ciudad”, “La casa de Pequitas”, “Otra vez con Yaqui”, “El show del mediodía”, “Calentíssimo del 9” y “El gordo de la semana”. Con apenas 25 años comenzó su ascenso definitivo en la pantalla chica, cuando el 17 de enero de 1987 salió al aire con su espacio “Nuria en el 9”, el primer programa de investigación periodística en la televisión dominicana. Desde entonces, se ha convertido en una figura relevante en el periodismo por su apego a una labor comprometida con la sociedad.
Recientemente, fue nominada a los premios Casandra 2012, que otorga la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte). De ganar esta estatuilla, sería la número 18 que logra con su propuesta televisiva, sumándole El Soberano (1998). Ha recibido también reconocimientos del Patronato de Ciegos, Club Rotario, Unicef, Comisión Nacional de los Derechos Humanos y del Colegio Dominicano de Periodistas, entre otros.
Los momentos más críticos en su carrera
En cada entrega de su influyente programa sabatino, Nuria gana amigos y enemigos. “Esto es grave, porque los enemigos son mucho más activos. La amistad es un poco más pasiva”, se lamentó la comunicadora en entrevista con elCaribe. Entre los momentos más difíciles que ha vivido en su carrera citó: “La vez que me apresaron en la frontera, cuando fui a realizar un trabajo de investigación en Haití.
También viví un momento terrible cuando realizamos el trabajo sobre la Lotería Nacional, cuando descubrimos el aparato que introducían en la tómbola, así como momentos de tensión con demandas que me han hecho y que he tenido que sentarme en el banquillo”.
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