Si se evalúan los primeros 6 meses que van trascurriendo del presente año, en definitiva hay que afirmar que nueva vez Héctor Acosta lleva un buen año en su carrera artística, y como él mismo expresó en Pégate y Gana con Pachá lo que ha logrado en la actualidad es a base de hacer merengue.
“Yo creo que tengo un grupo de merengue que toca de todo que es lo más importante y en los últimos meses lo que hemos hecho es merengue y gracias a Dios ha calado en el gusto de la gente, yo creo en el merengue, vamos a seguir apostando al merengue, y al merengue lo que le hace falta es que lo trabajemos, que los intérpretes, los grupos, los promotores le den cariño a nuestro género porque el merengue está ahí y sin merengue no hay fiesta”, dijo el artista que recién cumplió una más de sus giras internacionales.
Otros artistas merengueros criollos como José Peña Suazo, han manifestado su compromiso de seguir cultivando y viviendo del merengue como propiamente ha dicho El Torito.
“Tratar de hacer lo que le gusta a la gente, tratar de conectar con el público, de ser responsable y disciplinado eso es lo básico”ha dicho un hombre que es de las principales figuras del género que identifica a los dominicanos.
De Dios y la Familia
Con el matrimonio con su segunda esposa y el posterior nacimiento de la hija de ambos, parece que la vida a Héctor Acosta le cambió, y le cambió para bien.
“Dios me ha bendecido con todo, con el cariño de la gente, con una voz si se quiere privilegiada y con un grupo de músicos que me acompañan excelentes como seres humanos y como músicos también, un equipo de trabajo fue de liga, entonces no puedo pedir más, mi familia en salud, entonces para que pedir más”, contó El Torito hablando con Yokasta Díaz, Joseph Tavárez y El Pachá.
“Lo más valioso que puede tener un ser humano es la familia, sin la familia yo no estaría en el lugar que estamos en este momento, de nada vale tener talento si tu no tiene una familia que te apoye, que te aporte”, en estos elementos basa El Torito le éxito que está teniendo en la música y en la vida.
Fuente Agustin de la Cruz
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