Nunca se fue del todo, pero cada uno de sus regresos sigue siendo triunfal. Camilo Sesto (Alcoy, 1946) parece haber dado con la fórmula exacta para detener el tiempo por mucho que la juventud se le escape de las manos desde hace décadas. Su frondosa melena oscura, sus ojeras sepultadas en maquillaje y su figura grácil parecen haberle encapsulado en un eterno ayer que se resiste a abandonar. Se niega a ponerle una cifra a su edad. Prefiere contar los años en momentos; sus comienzos en Los Dayson, su papel de Jesús en la ópera rock «Jesucristo Superstar», el nacimiento de su único hijo, Camilo Michel, fruto de su relación con María Lourdes Ornelas Soto, el único amor que se le ha conocido.
Ayer, en el día de su 70 cumpleaños, el artista valenciano abandonó su retiro en su casa de Torrelodones para presentar en la SGAE un álbum recopilatorio «Camilo, 70», que saldrá a la venta el 23 de septiembre. Antes de concurrir ante una nube de fotógrafos y fans, concede a ABC unos sinceros minutos.
—En primer lugar, felicidades. ¿Cómo lleva el peso de los 70 años?
—Ni lo pienso. Para mí es como si hubiera cumplido 12. Los demás son los que se dan cuenta de la edad que tengo. ¿70 años yo...? Me siento como si ayer fuera el primer día. No significa nada.
—Además de su cumpleaños, ¿qué más tiene que celebrar?
—El que sigáis teniendo el mejor periódico del mundo. El más cómodo para abrirlo, cerrarlo, llevarlo contigo y sobre todo el contenido. Te puedes fiar. Así como hay otros, que hay tanta tontería y tanta basura... Para mí ABC es el mejor. Siempre. No de ahora. Desde que era pequeño y empezaba a juntar letras. Tenéis gente que es creíble, maestros.
—¿Se arrepiente de algo?
—Para qué arrepentirse si no sirve de nada. Te arrepientes de algo y ¿qué haces? No te llevas comisión. No tengo que lamentar de nada, aparte de que me han ido las cosas muy bien en todos los sentidos.
—¿Qué echa en falta en su vida?
—Tener Gobierno. El español es creativo y hay que seguir haciendo cosas, no puede estar todos los días como «el día de la marmota».
—¿Se ve más como un Rolling Stone o como un Beatle?
—Beatle, siempre he sido un Beatle desde el principio hasta el final. Y después, aún ya separados, yo sigo siendo Beatle.
—Llevaba mucho tiempo retirado de los focos...
—Me lo estoy tomando muy tranquilamente. El aire de la sierra, la terraza de mi casa, el horizonte... Quiero estar más con la naturaleza y menos con el asfalto. En otra época hacía 500 kilómetros diarios y conducía en todo momento. Eran otros tiempos, que tampoco echo de menos. Ahora hago una actuación o dos, si realmente merece la pena. Algo benéfico y constructivo.
—Su físico siempre ha suscitado múltiples comentarios. Parece haber hecho un pacto con el diablo.
—Vida sana. No bebo, no fumo, no alterno. No voy de discotecas, ni de fiestas. Aire puro, ejercicio y cuidar el medioambiente y el entorno, porque eso es cuidarse a uno mismo. Y sobre todo, genética. Mis padres eran muy mayores y estaban como dos chavales. Yo no tengo tiempo para cremas.
—El amor es un asunto recurrente en sus letras, ¿lo ha extrapolado luego a su día a día?
—Llevo toda una vida predicando el amor y lo único que veo reflejado en los medios es justo lo contrario:odio, traiciones, mucho rencor, nadie se aclara con nadie. Las cosas se arreglan pensando en los demás.
—Pero, ¿cómo está su corazón?
—Soltero y sin compromiso, pero me preocupan más otras cosas. Prefiero que a los españoles nos vaya bien en general.
—Las redes sociales le han dado por muerto en varias ocasiones.
—Me pellizco y digo: «Será que no se trata de mí, porque yo sigo muy vivo». Estoy perfectamente. No le temo al paso del tiempo ni a la muerte. Es algo inevitable, ya llegará cuando sea y cuando tenga que llegar. Lo único que hay que hacer es no autodestruirse, hacer las cosas positivas. Estoy muy bien aleccionado por «el Paquito», el Papa.
—¿Cómo está su hijo?
—Divinamente. Hoy no podrá estar aquí conmigo porque está en México. Estoy muy orgulloso de él. Es lo mejor que tengo. Él también canta, pero yo quiero que sea él mismo, que no tenga que ver con su padre, porque como su padre ya hay uno. Que siga sus propios pasos.
—Ha vendido más de cien millones de discos en todo el mundo y es uno de los artistas latinos más populares. ¿Le teme al olvido?
—No, en absoluto. Mira, me embriaga una inmensa emoción al ver que han venido fans de Chile, de EE.UU., de Portugal y de todas las ciudades de España para verme hoy y felicitarme. Me siento realmente útil en lo que hago. Para mantenerse en lo alto hay que estar inspirado y no decir mentiras. Pero, sobre todo, ser fiel.
Fuente ABC
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