New York, (SL) -Con la llegada del Internet, se abrió una enorme puerta digital con capacidad e incidencia en todo el aspecto global de la humanidad, el mundo del espectáculo en toda su
segmentación se ha beneficiado enormemente de esta puerta digital y dentro de esa segmentación se encuentran los artistas.
Quienes se promocionan y venden utilizando la Internet, pero además han logrado crear y fortalecer su imagen artística a través de las redes sociales.
Hoy día, un artista tiene la facilidad de tener contacto directo y en vivo con sus seguidores, de poder mantener al mundo actualizado sobre los pormenores de su carrera artística.
Pero como en todo, existe una parte negativa y es precisamente esa parte la que nos preocupa, pues se trata de la sobre exposición en las redes, la cual de no manejarse con prudencia, termina saturando la imagen del artista.
Quienes se promocionan y venden utilizando la Internet, pero además han logrado crear y fortalecer su imagen artística a través de las redes sociales.
Hoy día, un artista tiene la facilidad de tener contacto directo y en vivo con sus seguidores, de poder mantener al mundo actualizado sobre los pormenores de su carrera artística.
Pero como en todo, existe una parte negativa y es precisamente esa parte la que nos preocupa, pues se trata de la sobre exposición en las redes, la cual de no manejarse con prudencia, termina saturando la imagen del artista.
En este punto, el artista olvida la parte de promoción y aprovechando su alto volumen de seguidores, ahora se preocupa por sonido, ya, no promociona sus presentaciones, ni su nuevo tema musical, ahora promociona tiendas de ropa, joyas, salón de belleza, clínica de estética, hookah en boca, la jumenta con el coro, el despeluzne en la cama, todas las tonterías que come, etc.
Al final, como artista pierde el interés, respeto y credibilidad, lo que se refleja en la pobre pegada y convocatoria.
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