Luego de pasar dos años encarcelado por homicidio involuntario contra el rey del pop, Conrad Murray dio una entrevista al medio Daily Mail solo a semanas de salir en libertad.
Además de reafirmar su tesis, donde se exime de responsabilidad en la muerte del artista, el ex médico de cabecera de Jackson decidió revelar detalles íntimos sobre su relación con el cantante, muerto en junio de 2009 tras una sobredosis de anestésicos.
"¿Qué tan cercano era a Michael Jackson?", preguntaron a Murray en la entrevista, a lo que respondió: "¿Quieres saber qué tan cercano éramos? Yo tenía que agarrar su pene todas las noches para colocarle un cateter debido a que él sufría de incontinencia en las noches".
Además, señaló que "por esa razón solía usar pantalones oscuros todo el tiempo, porque después de ir al baño podía gotear durante horas", y agregó: “Michael no sabía cómo ponerse un preservativo".
El médico, además, señaló una vez más que no fue el culpable de la muerte de Jackson y dijo que lo más probable era que el artista “se levantó, tomó el propofol, y se lo inyecto a sí mismo".
Sus palabras no tardaron en encontrar respuesta en los más cercanos al fallecido cantante, quien iba a realizar 50 conciertos en Londres antes de su muerte. Fue la madre de dos de los hijos de Jackson, Debbie Rowe, quien emitió las primeras declaraciones respondiendo a la siguiente frase de Murray: “Solíamos bromear (con Michael) sobre el hecho de que nadie en el mundo querría acostarse con Debbie. Para llevar a cabo la tarea, Michael contó con la ayuda de varios amigos y conocidos, pero no puedo revelar su identidad hasta que los niños no me lo pidan”, dijo el médico.
Según el portal norteamericano TMZ, Rowe respondió furiosa al ex médico: “Un fans de Jackson lo matará de un disparo y me gustaría comprar la bala”, aunque aseguró que no le dispararía ella misma.
Sobre la inocencia argumentada por Murray, la madre de Prince y Paris Jackson dijo: “Es tan repugnante que está destrozando a los muertos. Claro, el jurado no le creyó su historia”.
Murray fue condenado a cuatro años por homicidio involuntario contra Michael Jackson por administrar negligentemente el propofol que terminó con la vida del artista.
Sin embargo, el especialista fue puesto en libertad a la mitad de su condena por sus méritos y el hacinamiento carcelario.
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