La gente en todo el mundo se reunió para recordar a aquellos que perdieron en 2014 y para ofrecer bendiciones para el Año Nuevo. Pero como siempre, el punto en común de las grandes celebraciones en plazas públicas fueron los juegos artificiales, toneladas de ellos.
Sin embargo, la tragedia golpeó a Shanghai; el nerviosismo cundió en Bagdad y manifestantes se prepararon para recordar de manera elocuente uno de los acontecimientos más notables del año en Estados Unidos.
En Dubái, la pirotecnia adornó el edificio más grande del mundo, el Burj Jalifa, de 829 metros (2.722 pies) de altura, que brilló con luces coloridas e imágenes de los líderes del país gracias a una fachada iluminada por miles de LEDs.
La famosa Casa de la Ópera de Sídney sirvió como un espectacular telón de fondo para una celebración repleta de pirotecnia.
Luego de un año turbulento marcado por problemas con el terrorismo, el brote de ébola y horribles desastres aéreos, muchos podrían ser perdonados por despedirse de 2014 y recibir con alegría el nuevo año.
En todo el mundo, gente con ganas de pasarlo bien y olvidarse de tristezas se reunirán en las playas de Brasil, a orillas del puerto de Sídney o en las posiblemente nevadas calles de Las Vegas (sí, en serio) para recibir el nuevo año.
Los primeros
Sídney se enorgulleció de ser una de las primeras ciudades importantes del mundo en recibir el Año Nuevo. Esta vez lo hizo con una espectacular exhibición de fuegos artificiales de estilo tropical que incluyó relucientes palmeras doradas y plateadas con efectos pirotécnicos.
Más de 1,5 millones de personas se reunieron en las concurridas orillas del conocido puerto de la cuidad con un cálido clima veraniego para contemplar la alegre erupción de luz sobre el Puente de la bahía de Sídney y la Ópera, entre otras localizaciones.
Tres horas antes de medianoche tuvo lugar una exhibición de fuegos de artificio de nueve minutos de duración — lanzada desde el puente y barcazas — dirigida a los más pequeños. La agradecida audiencia aplaudió mientras explotaban siete toneladas pólvora, incluyendo 11,000 bombas, 25,000 cohetes parecidos a cometas y más de 100,000 efectos pirotécnicos individuales más.
Estampida en Shanghai
Treintaicinco personas murieron en una estampida durante las celebraciones del Año Nuevo en el centro de Shanghái, informaron autoridades.
La tragedia -la peor que afecta a una de las principales ciudades de China- ocurrió media hora antes de medianoche en la popular zona del malecón de Bund, que suele atestarse de espectadores que acuden a grandes eventos. El gobierno de Shanghái dijo en un comunicado a primeras horas del jueves que otras 46 personas estaban siendo atendidas en hospitales, incluyendo 14 que tenían lesiones de gravedad.
La agencia oficial de noticias Xinhua citó a un testigo no identificado diciendo que la gente se había abalanzado a por cupones que parecían billetes de dólares y que estaban siendo arrojados desde a ventana de un tercer piso, Añadió que el motivo de la estampida estaba bajo investigación.
Policías filipinos, advertidos sobre disparar
El jefe interino de la Policía Nacional, Leonardo Espina, advirtió que los agentes filipinos que dispararan sus armas durante las habitualmente estridentes celebraciones de año nuevo perderían su empleo.
Ensordecedores fuegos artificiales y disparos de armas suelen dejar los vecindarios envueltos en niebla y humo, provocando cientos de heridos cada año e incluso muertes, muchas por balas perdidas. Desde que el pasado 21 de diciembre comenzaron las celebraciones de Año Nuevo, más de 160 personas resultaron heridas.
Entre China y Japón
Beijing recibió el Año Nuevo con un evento en el Parque Olímpico pensado para destacar la candidatura de la capital a acoger los Juegos de Invierno de 2022. Hubo actuaciones de patinadores y al acto asistieron también el patinador y medallista olímpico, Zhao Hongbo, el nadador medalla de oro en la competición paralímpica Yang Yang, y el pianista Lang Lang.
Parte de las celebraciones transcurrieron en Zhangjiakou, la ciudad de la vecina provincia de Hebei que forma parte del proyecto olímpico, y al pie de la Gran Muralla al noroeste de la capital.
En Japón, las tiendas acostumbran a cerrar el día de Año Nuevo, el feriado más tradicional del país, por lo que el miércoles fue el día de compras para la mayoría, que se preparan para un festín anual llamado "osechi ryori".
A medianoche, las campanas de los templos sonarán 108 veces, el número de pecados, o tentaciones, del budismo. Habrá fuegos artificiales y hogueras por todo el país mientras millones de personas acuden a templos y altares en sus vecindarios para pedir salud y felicidad.
India, sin fiestas ostentosas
El primer ministro indio, Narendra Modi, y su ejecutivo trabajan tanto el 31 de diciembre como el 1 de enero manteniendo su promesa de "buen gobierno". Los ministros cancelaron viajes y planes de celebración y se les pidió que se mantengan alejados de fiestas y actos ostentosos.
El Big Ben marca el 2015
En Londres se esperan cientos de miles de personas a lo largo del río Támesis para ver los fuegos artificiales a medianoche, mientras el Big Ben, el famoso reloj de Parlamento, marca el inicio del año nuevo.
Las calles de la capital de Escocia, Edimburgo, se llenarán para el Hogmanay, una de las mayores celebraciones del Año Nuevo del continente. El festival de tres días -que deriva de las celebraciones vikingas del solsticio de invierno- comenzó el martes con una procesión iluminada por antorchas en la que participaron 35,000 personas, incluyendo bandas de música y comparsas vestidos como sus antepasados, y un espectáculo de fuegos artificiales desde el Calton Hill.
2015 en Río de Janeiro
Más de un millón de personas se reunieron sobre la arena dorada de la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, donde dos docenas de artistas y DJs actuaron en tres escenarios.
Turistas y residentes suelen seguir la fiesta hasta el amanecer, intentando permanecer despiertos para ver cómo sale el sol por primera vez en 2015.
Una gran exhibición de fuegos de artificio se disparó desde barcos en aguas del océano Atlántico iluminando el cielo sobre la multitud, que tradicionalmente suele vestirse de blanco, una tradición brasileña para un año nuevo puro y en paz. Otro ritual dice que los asistentes deben meterse en el mar hasta las rodillas y saltar siete olas justo al inicio del nuevo año para tener buena suerte.
La bola del Times Square
En Nueva York, la bola de cristal Waterford descendió a medianoche, una tradición que es cada vez más imitada en Estados Unidos, aunque con giros para incorporar los iconos locales.
En Las Cruces, Nuevo México, la víspera de Año Nuevo se animaró con el primer descenso de un chile (ají), mientras que en Miami se iluminó un neón naranja de 10 metros (35 pies). En Atlanta y Nashville, Tennessee, descendió un melocotón y una nota musical, respectivamente.
Flagstaff, Arizona, recibirá el 2015 con el descenso de una piña de 2 metros de alto (6 pies) desde un hotel del centro y en la cercana Prescott bajará una bota de cowboy de 2 metros (6 pies) en un guiño a la cultura del Oeste.
En el lago Erie, en Port Clinton, Ohio, la comunidad contemplará el tradicional descenso de un lucio de madera y fibra de vidrio de 270 kilos (600 libras). En la Península Superior de Michigan celebran el Año Nuevo recordando su historia minera, con una réplica de una empanadilla —rellena de carne y patatas— en Escanaba, una de las ciudades más importantes de la remota región. Esta era una comida popular entre los mineros que emigraron a Michigan hace décadas.
En medio de las celebraciones, varias ciudades están en alerta por protestas relacionadas con las recientes muertes de hombres desarmados negros a manos de la policía. El alcalde y el comisario de Boston instaron a los activistas a suspender una manifestación en la que los asistentes se tumban en el suelo simulando estar fallecidos.
No se anunciaron planes para grandes protestas en Nueva York, donde el departamento de policía sigue llorando a sus dos agentes baleados dentro de su coche patrilla. Pero la seguridad estará reforzada, con más efectivos de lo normal.
Tormenta de invierno
Las Vegas, Nevada, no es un lugar donde esperar nieve, y menos en fin de año. Así que con el Servicio Nacional de Meteorología diciendo que hay una posibilidad de que puedan caer algunos copos sobre la capital del juego donde cientos de miles de personas se preparan para recibir 2015, la agencia advierte a los visitantes: Abríguense y calcen zapatos cómodos —va a ser una noche fría.
Los organizadores de la tirada de fuegos artificiales dijeron que el espectáculo se celebrará, con o sin nieve. Las previsiones señalan que la probabilidad de nieve en el último día del año en la zona de Las Vegas es del 70% junto con una temperatura mínima de 0 grados Celsius (32 Fahrenheit). Fuente Univision
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