Por Yordy Torres
Estos tiempos son verdaderas pruebas de amistad, lealtad y hasta familiaridad, las pasiones se desbordan a limites que solo Dios sabe.
Los que están en el poder entienden que aquellos que buscan espacio político para servirles a su pueblo no merecen esa teta que ellos llevan chupando por tanto tiempo, le dicen hasta barriga verde por defender su herencia por militar en el partido gobernante.
Las tertulias en los restaurantes, salones, spa, lounge etcétera, se aplica la "ley del despellejo", donde se analizan diferentes perfiles del descrédito a candidatos o aspirante a cargo electivos, que no pertenezcan a sus parcelas o tendencias políticas no importa el partido que sea.
En los últimos 5 años según nuestro observatorio en La Vega, son los mismo actores que deciden quien tiene o no moral para hablar, olvidan que los pueblos ya no viven ignorantes a realidades del mercado político dominicano. Esos tiempos de pasión política, liderazgos fuertes están en decadencia, existe una tendencia a la baja por la perdida fe en sus protagonistas, un transfuguismo rampante a la vista de todos.
Las acusaciones a comunicadores que reciben beneficios del gobierno por sus supuestas defensa a sus ejecutorias son pan nuestro de cada día, pero también se observa que cuando un comunicador o medio ataca algunas debilidades municipales le dan hasta con el cubo del agua, luego en las redes sociales le dicen que habla porque no le han dado lo suyo.
No creen ustedes es un verdadero espectáculo esto?
Entendemos deben saber convivir en estos tiempos donde las pasiones erizan la piel, citamos una frase de Henry F. Amiel dice:
"El respeto mutuo implica la discreción y la reserva hasta en la ternura, y el cuidado de salvaguardar la mayor parte posible de libertad de aquellos con quienes se convive".
Esto lo picoteamos a la vista.
Esto lo picoteamos a la vista.
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