“Las actuaciones llevadas a cabo por la justicia se dirigen únicamente contra los causantes de los delitos de estafa, fraude o administración desleal; en ningún caso a la generalidad de los autores, cuya imagen no se debe en absoluto desprestigiar. Orientamos nuestra petición a las autoridades y al Ministerio de Cultura, invitándolos a que actúen contra las malas prácticas llevadas a cabo, atendiendo a su obligación de tutela sobre la SGAE”, señala el texto. Para ello, dicen los firmantes, es “necesaria la modificación de los actuales estatutos”. Fuentes del Ministerio de Cultura han confirmado a este periódico que preparan una reunión con una representación de los artistas.
El manifiesto, titulado En defensa de nuestros derechos, viene respaldado por siete asociaciones de autores y compositores españoles. La Coalición Autoral (COA), que fue creada para proteger a los autores ante la falta de transparencia de la SGAE, ha sido el principal motor para elaborar este texto y unir a los músicos en la causa. “El colectivo de autores hemos sido víctimas de una estafa. Nuestros ingresos se han visto mermados porque el reparto ha sido desviado de una manera fraudulenta. Todo esto ha ocurrido porque la SGAE lo ha permitido y desvirtúa la representación social”, asegura Patacho Recio, fundador del grupo Glutamato Ye-Yé y miembro de COA y la Junta de Autores de Música (JAM). Según el auto del juez Ismael Moreno, que puso en marcha una investigación policial, la rueda generó un fraude de más de 100 millones de euros entre 2006 y 2011. Esto en un contexto en el que los ingresos de la sociedad no han parado de bajar desde 2012, situando la recaudación en 239 millones en 2016.
El periódico El País ya adelantó en julio la rebelión de los músicos. Más de 25 destacados artistas pedían una refundación de la SGAE y también solicitaban al Ministerio de Cultura su intervención. Algunos de ellos como Kiko Veneno, Leiva, Fito, Quique González, Izal, Depedro y Sabino Méndez se incluyen también en este manifiesto abierto a la incorporación del resto del gremio de los músicos, que constituyen el 82,3% de los 120.842 socios de la SGAE y generan al menos un 70% de sus ingresos.
En este sentido, el manifiesto es una radiografía generacional de la música española en todos sus frentes. Se incluyen algunos de los músicos más recaudadores del negocio como Pablo Alborán, Malú, Fito, Antonio Orozco, Vanesa Martín, Leiva, Juanes, Dani Martín, Amaral, Niña Pastori, Melendi, Pablo López, India Martínez o Bebe. En este grupo, mención especial tiene Alejandro Sanz, que respaldó el primero la iniciativa de la COA y gestionó la incorporación de algunos de los nombres más conocidos. También aparecen músicos de un gran valor simbólico por su dilatada trayectoria como Rosendo, Santiago Auserón, Kiko Veneno, José María Guzmán, Eliseo Parra, Jorge Martínez de Ilegales, Julián Hernández de Siniestro Total, José María Cano de Mecano, Jaume Sisa, José Ignacio Lapido, Rosario Flores, Marta Sánchez, Antonio Carmona de Ketama o Rosa León, célebre por sus canciones infantiles. La variedad también se ve en firmantes como el productor Javier Limón; primeros espadas del rockduro con miembros de Asfalto, Boikot, Reincidentes y Extremoduro y del indiecomo Fernando Alfaro, Francisco Nixon, Love of Lesbian y Second; destacados compositores como José Abraham y Juan Mari Montes Gonzalo; autores sinfónicos como Consuelo Díez; y músicos más subterráneos como Íñigo Coppel, Pablo Martín y Pedro Víllora.
El manifiesto expone otros objetivos como “la atribución equitativa y proporcional de los derechos acorde con las aportaciones de cada autor”. Con canciones inaudibles en residuales programas de tarot emitidos de madrugada o la existencia de autores irreales entre familiares y testaferros, la perversión del sistema es total con la rueda. “Necesitamos una reforma urgente del sistema de repartos y que los derechos de autor provenientes de televisiones se haga de una forma justa y se ajuste a los niveles de audiencia”, apunta Patacho.
También se pide una reforma en la representación, “facilitando el derecho a voto a un mayor número de socios”. El voto ponderado -que permite que cuanto más dinero recaude un autor más votos acumula- mantiene blindada a la cúpula de la sociedad, auspiciada, según el auto judicial, por los socios conchabados con las televisiones y que tienen ingresos mayores que los grandes superventas de la música española. “No tiene sentido que menos del 20% de los socios tengan derecho a voto. Tampoco que la mitad de ese 20% tenga el voto asocial, que es un voto que se da y se quita y que no tiene en cuenta una serie de consideraciones como el trabajo histórico de un autor”, comenta Patacho.
Algunos artistas y asociaciones, que han acudido al despacho MA Abogados para el asesoramiento jurídico de este manifiesto, van a personarse en la Audiencia Nacional como acusación. Exigirán, como recoge el manifiesto, “la devolución de las cantidades presuntamente defraudadas”.
Los músicos ya no solo gritan basta: han pasado a la acción.
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