Cuando una persona destaca en cualquier campo alrededor nacen irremediablemente los admiradores acérrimos y los detractores voraces. Michael Jackson une a su éxito como cantante el halo mítico que se genera alrededor de alguien famoso que además muere joven. Convertido en más que una estrella de la canción, Jackson genera más ganancias después de muerto que cuando vivía y la explotación del personaje sirve para seguir creando nuevos contenidos que van desde libros a exposiciones, subastas o documentales.
El último es Leaving Neverland , un documental centrado en una vertiente especialmente oscura del cantante. La película se estrenará el próximo 25 de enero en el Festival de Sundance e incluso antes de hacerlo está levantando ampollas. Primero se manifestaron en su contra representantes del cantante y ahora son sus admiradores quienes están organizando a través de las redes sociales manifestaciones de protesta contra el filme para el día de su estreno cerca de Salt Lake City, la capital del estado de Utah, en Estados Unidos.
El motivo de esta oposición no es otro que el tema que sirve de argumento al filme, en el que dos de los niños –ahora treintañeros– que denunciaron los abusos sexuales a los que les sometió supuestamente Michael Jackson, cuentan cómo vivieron su relación con el cantante y sus estancias en Neverland, el rancho del cantante de 1.300 hectáreas donde llegó a tener su propio zoo y un parque de atracciones.
Y decimos supuestamente porque el intérprete salió libre de las acusaciones de abusos a menores en lo que a la ley se refiere, pero la sombra de la sospecha sigue sobre su figura incluso en la actualidad, más de 19 años después de su muerte por sobredosis de medicamentos.
Según informa el portal estadounidense TMZ, la policía de Park City está preparándose para posibles confrontaciones de los admiradores de Michael Jackson y refuerzan los efectivos que cubrirán el evento para evitar incidentes durante las proyecciones que se realizan el 25 y el 26 de enero, aunque en ningún caso se evitará que se los manifestantes puedan expresarse pacíficamente.
El documental y los intentos del entorno del cantante por pararlo vuelven a sacar a la luz las denuncias sobre acoso a menores que enturbiaron la figura de Michael Jackson en varias ocasiones a lo largo de su vida. En 2005 fue absuelto en un juicio en el que se le acusaba de haber abusado de Gavin Arvizo, un joven de 13 años, mientras en 1994 llegó a un acuerdo económico fuera de los tribunales con la familia de Jordan Chandler, un chico, de 13 años, que le señalaba por el mismo delito. Jackson siempre negó las acusaciones. Tras la muerte del artista se presentaron dos nuevas denuncias de parte de Wade Robson y James Safechuck, pero fueron desestimadas por haber transcurrido demasiado tiempo desde el incidente.
El rancho Neverland, un paraíso para sus visitantes, siempre aparecía en estos relatos. En 2003 y tras décadas de rumores y acusaciones de abusos sexuales, la autoridades emitieron una orden de detención contra Jackson por pederastia y aunque fue exculpado de los cargos, el rey del pop afirmó que nunca volvería a Neverland porque su paraíso había sido violado por ese proceso judicial. Abandonó el lugar pero conservó la propiedad hasta que en 2008 las deudas ocasionadas por los gastos desmesurados del cantante le obligaron a ceder Neverland a Colony Capital para que cubrieran su deuda de 23 millones de dólares. Cuando Michael Jackson murió en 2009 se especuló con que el lugar se convertiría en su santuario, un nuevo Graceland como el de Elvis Presley, pero finalmente el intérprete de Thriller, Bad o Billie Jean encontró el descanso en una sepultura en Los Ángeles.
Ahora los demonios vuelven a rondar al mito del pop y sus fans no parecen muy dispuestos a admitirlo sin protestar por ello.
Fuente El Pais
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