sábado, 18 de octubre de 2014

Muchas convocatorias innecesarias a ruedas de prensa, que se hacen por cualquier quitame la paja. Leer nota.

En días pasados externábamos la queja en torno a las convocatorias innecesarias a ruedas de prensa que se hacen en el medio, tema que también ha tratado el Espía de Diario Libre.

El encuentro con la prensa para dar a conocer la banda sonora de una película en proceso de filmación, por ejemplo.

Decíamos que se convoca a la prensa por cualquier “quítame esta paja”, y no realmente por un hecho importante o de trascendencia.

Sencillamente son a veces un medio de promoción y propaganda de actividades y eventos de poca monta, que pretenden y a veces lo logran, usar a los periodistas de “chuflay”.

(Muchos de los de ahora no conocieron el “chuflay”, pero era un dulce acompañado de un reqalito de engaño envuelto en un pequeño estuche que se vendía en los colmados o pulperías en décadas pasadas).

Pero bien, justo es también referir la contraparte de eso de las "ruedas de prensa innecesarias".

Un amigo, empresario, dueño de casinos y de establecimientos de diversión, con frecuencia convocaba a encuentros y cocteles de prensa, donde se anunciaban actividades realmente importantes.

Sin embargo, ese amigo, que hacía una gran inversión en esos encuentros, con todo tipo de bebidas finas y canapés gourmets, además de obsequios de souvenirs, terminó desencantado y renegando de esas actividades.

Nos llegó a confesar que los mismos se llenaban de gente que no trabajaban en ningún medio, que solo iba a comer y a beber, los llamados paracaidistas...

Para colmo, las publicaciones que le hacían en los diarios impresos era de una pequeña foto con un pie en las páginas de sociales, dentro de una maraña de otras publicaciones iguales.

Como todos saben, las páginas de sociales de los periódicos no son las mismas de antes, y por tema de economía de papel y espacio, han sido reducidas a solo una hoja.

Lo que ve usted es una retahila de fotografías con sus pies de “titirimundati”, de pila de gente de frente en fila, de actividades que se publican a veces hasta con dos semanas de atraso.

Son muchas las actividades, entre ellas de anunciantes y clientes, y a todos hay que complacerlos.

Pero, el amigo de que les digo se gastaba cientos de miles de pesos en esos encuentros, a cambio de muy poco retorno publicitario, con lo cual incurría en aquello de que le resultaba más cara la sal que el chivo.


O usando un refrán que va por la misma línea, lo que hacía ese amigo empresario cuando organizaba las denominadas ruedas de prensa era "el negocio de capaperro". Fuente merengala

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