Pellegrino, quien nació con el nombre de Fulvio y tiene todo el apoyo de su esposa Marisa, también ha gastado casi 9.000 libras en cirugía en su trasero y ahora está planeando aún más.
Marisa admite que mientras ella apoya a su marido, la pareja lleva una relación más como hermanas que como una pareja casada.
Al parecer, Fulvia tenía sólo quince años cuando se dio cuenta de que era transexual, pero temeroso por su estricta familia religiosa, así como de su padre, que estaba en el clero, Fulvia mantuvo sus sentimientos en secreto.
El joven atribulado mantuvo su tormento oculto aun cuando conoció a Marisa, hace 32 años.
Poco después de que se casaron, Fulvia comenzó a visitar los clubes gay y el travestismo en privado en su garaje.
Hace 16 años Fulvia habló con Marisa acerca de querer cambiar de género y la pareja emprendió este viaje que terminará con la transición completa de Fulvia, quien todavía no ha iniciado el proceso de remoción total de sus genitales masculinos.
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