sábado, 7 de abril de 2018

La actriz Cindy Crawford controla la carrera como modelos de sus dos hijos. Quiere evitar que tomen decisiones de las que algún día puedan arrepentirse.

Picoteando el Espectáculo
La modelo es consciente de que sus hijos, Presley y Kaia, son muy afortunados de contar con unos apellidos famosos que prácticamente garantizan que nadie trate de aprovecharse de ellos, pero aun así ella controla minuciosamente sus carreras para protegerlos.PE

Al más puro estilo Kris Jenner, la modelo Cindy Crawford ha encontrado una nueva vocación como 'momanager' y por eso se encarga de modelar y encarrilar las carreras de sus dos pequeños, Presley (18) y Kaia Gerber (16), mientras estos siguen sus pasos en el mundo de la moda.

"Los dos tienen agentes, pero diría que durante al menos el primer año, todo lo que hicieron pasaba primero por mí. Mi intención es que eventualmente puedan manejar sus propias carreras, pero aún no están listos para hacerlo. Ahora mismo me siguen diciendo todo el rato: 'Mamá, tú solo dime qué tengo que hacer'", se justifica la maniquí en una entrevista a Town & Country que gira en torno a esta nueva ocupación. "Como puedes imaginar, mamá está encantada de hacerlo".

El control de Cindy no se limita a las ofertas que aceptan sus hijos, sino que se extiende a qué hacen -y con quién- durante sus viajes al extranjero, especialmente en el caso de la benjamina de la casa, a quien exige que responda siempre a sus mensajes de texto si no quiere que "utilice su cuenta de Uber para rastrearla", como confiesa divertida.

Pese a que pueda pecar de sobreprotectora, ella considera aún muy necesario ejercer cierto dominio sobre los dos adolescentes para evitar que tomen decisiones de las que algún día puedan arrepentirse.

"A ver, yo he posado desnuda, muchas veces. Y las únicas veces en las que me he arrepentido de haberlo hecho ha sido en aquellas en que me presionaron para que lo hiciera. No quiero que mis hijos echen la vista atrás algún día y piensen: 'Dios mío, desearía no haber hecho esto o lo otro'. Quiero conseguir que se sientan lo bastante seguros como para decir: 'Me marcho de aquí' si algo les incomoda", explica. "Seamos sinceros, mis hijos tienen la suerte de no haber empezado en este negocio como completos desconocidos. La gente sabe que iré a por ellos si se meten con mis niños".

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