El conflicto entre Marjorie de Sousa y Julián Gil llegó a su punto máximo. En medio de acusaciones de violencia, corrupción y maltrato, la posibilidad de diálogo está completamente rota. Así lo dio a conocer el famoso argentino.
Visiblemente molesto y hasta con la voz entrecortada, Gil dijo a los medios a finales de la semana anterior que su expareja “ha comprado conciencias” y busca “criminalizarlo”, por lo que irá hasta las últimas consecuencias en su batalla legal.
“Ya estoy cansado, físicamente, mentalmente, no se vale que se le quiera joder la vida a la gente, yo lo que quiero es justicia”, dijo a los medios de comunicación en el tribunal de lo familiar, donde se desahoga el juicio por pensión alimenticia que entabló la actriz venezolana.
“Si se van a la ley, una vez que la persona tenga a posibilidad de trabajar, no necesita toda esa pensión”, expresó al respecto de que solicitó al juez reduzca el 10 % de sus ingresos para su hijo Matías, que le fue asignado.
El encono ha llegado a tal grado, que hasta una foto de Gil con Matías causó desavenencias. “Yo quería una foto con mi hijo, acepto lo que sea (sanción). Pero no me lo puede decir Marjorie de Sousa”.
Cuestionado sobre si hay una vía para un acuerdo extrajudicial, el talento de Univision fue tajante: “No, después de lo que me ha costado físicamente, después del daño que le ha hecho a Matías, que hable con mi abogado”.
Gil adelantó que no acudirá a su cita con Matías este viernes por tener un compromiso laboral en España.
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