Picoteando el Espectáculo
Meses antes de morir, la actriz Edith González confesó ante las cámaras del programa Un nuevo día que se sentía fea y que eso fue un factor para que no logrará más éxito durante su carrera.
Edith, quien durante más de dos décadas fue el rostro de famosas telenovelas, aconsejó a la gente que no se pongan límites, como le ocurrió a ella.
Tras el deceso de González, las palabras que dijo a Un nuevo día han vuelto a cobrar relevancia.
"Sí me considero exitosa, pero creo que pude haber tenido más éxito. Creo, y este es un consejo para todo el mundo: 'Sueña muy alto, no te pongas techos de cristal'. Los techos de cristal se los pone uno, y yo me puse varios por sentirme fea", confesó la estrella.
Además, la protagonista de Corazón Salvaje y Doña Bárbara, explicó que otro factor fue la ambición.
"Ser ambicioso es bonito, porque tampoco ser ambicioso es: 'Yo quiero eso y voy a llegar a destartalar la vida de 20 personas'. Pues no, se trata de entender la ambición bien concebida. No puedo más que abrazar mi pasado, abrazar mi presente y esperar a tener un futuro muy largo y vivirlo con paz, con humor, alegría, con buena onda".
En la misma entrevista, Edith González reveló cómo reaccionó al recibir el diagnóstico de cáncer. Dijo que la noticia nunca la derrumbó y lo primero fue preguntar que tendría que hacer para volver a estar sana.
Han pasado casi dos semanas del deceso de Edith, a consecuencia del cáncer de ovario, y las historias alrededor de la famosa actriz y la gente que la conoció siguen circulando de la farándula.
Apenas hace unos días la actriz Leticia Calderón recordó cómo fue la última vez que habló con su amiga.
"Nuestra última plática fue hablando de la adolescencia de nuestros hijos, quedamos en ir a comer, siempre muy alegre y positiva", comentó Calderón, quien también dijo que nunca esperaron que Edith tuviera ese desenlace.
Víctor Manuel González, hermano de Edith, narró que en los últimos días de la actriz no hubo llantos ni lamentos. Entró al hospital "entera y con una sonrisa".
Cuando el doctor le dijo que ya no había más por hacer, Edith le sonrió y se despidió de él con un movimiento de mano.
"A mí me apantalló. La manera de enterarse y decirle al doctor (adiós, con un gesto de la mano y una sonrisa). Fue impresionante. Te puedes ir con lágrimas o te puedes ir con 'dios, ¿por qué yo?' Nada", detalló Víctor Manuel.
Edith encargó a su hermano el cuidado de su hija Constanza y para despedirla pidió mariachis y una ceremonia en el Teatro Jorge Negrete, tal como ocurrió. Fuente Infobae
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