Cala, el tercer Ismael de su familia, se ausentó del set de entrevistas de CNN en español para ser parte del XIV Seminario de Crecimiento Humano Profesional “El valor de lo intangible” clausurado el pasado sábado en el teatro de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).
Con fotografías de la niñez en su campito de Santiago de Cuba, el presentador de televisión, inició la ponencia con soporte de multimedia, tres personas del público (a quienes premió con su foto en portada de Santo Domingo Times) y la interacción de las redes sociales.
Alzando la voz sin resultar ruidoso y muy seguro de sí, el cubano que antes de saborear el comodín de la fama, fue camarero en un restaurant dominicano en Toronto, atrapó al público con testimonios, detalles tristes de su adolescencia y quiso inspirar a través del camino que ha labrado hacia la “silla caliente” que ocupa en CNN.
Aludiendo a los símbolos de la revolución cubana, Ismael Cala aseguró que perdió mucho tiempo averiguando quiénes eran los otros. “Las respuestas están dentro”, dijo, haciendo suya la frase de Miguel José Moya, “escucha dentro, mira fuera”, en la parte donde se refirió a la autenticidad del ser.
En la charla, titulada “Vocación, talento y profesión”, Cala se confesó muchas veces. “Por muchos años fui buscando mi lugar, tratando de convertirme en eso que los demás querían que yo fuera. Hace mucho que lo superé”, dejó claro a un auditorio integrado por jóvenes de diferentes ciudades. Frente al rector de PUCMM, en primera fila, afirmó “ser auténtico es estar cómodo en la piel que habitamos” insinuando el filme de Almodóvar.
De negro riguroso, aseguró nunca antes los medios de comunicación habían tenido una retroalimentación tan inmediata, gracias a las redes sociales. Y dejó saber que muchas veces se doma y cuenta hasta diez para no responder un “tweet” que le insulta y cuestiona sus valores.
Contrario a lo que apuesta la mayoría, el público del programa de entrevistas “Cala” vota mayoritariamente a favor de historias inspiradoras, de humanos extraordinarios que no gozan de lupa pública ni se cepillan con la pasta dental de las celebridades. Cala también las prefiere aunque ha ganado fama con los nombres sonoros que ha sentado en CNN en español.
Los grandes poderes
Ismael Cala es un hombre que vive hablando y le pagan por ello. Se expresa en radio desde los ocho años y a los quince ya trabajaba en televisión. De figura en Cuba pasó a ser obrero anónimo en Canadá, hasta que aprendió inglés y se lanzó a trotar para alcanzar un peldaño en la televisión norteña. Ese mismo hombre, quien, en el tema de la preferencia sexual, rebotó al responder “me gustan los humanos, porque nadie ha tenido experiencias con extraterrestres”, además dijo que el silencio es lo que más poder tiene.
“Los sabios de ayer y los de hoy son la gente que más escucha”, afirmó. También “el sí y el no reflejan quiénes somos y el poder que tenemos; porque somos víctimas de nuestras palabras”.
“El poder de escuchar” es el título de su primer libro. Aprovechó para promocionar ante los presentes, su salida pautada para enero de 2013.
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SUMARIO DEL ENCUENTRO
En la actividad organizada por la Pastoral Juvenil Universitaria de PUCMM-Santiago, otros disertantes del seminario fueron: Miguel José Moya, Guitze Messina, Philip Laraque y Marcos Díaz.
Dentro de su disertación Cala expuso que le costó mucho trabajo aprender a vencer los miedos a fracasar, al rechazo y al qué dirán.
El equipo organizador le entregó en PUCMM un certificado luego de su ponencia.
“En la televisión se asume un estilo. Hay que conocerse a sí mismo. Muchos tienen un trabajo, una vida, pero no un goce”, expresó el comunicador de CNN.
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