Durante la carrera musical que inició hace 65 años, el cantante Odilio González ha interpretado la música folclórica puertorriqueña en rincones que jamás pensó. Público de diversos países de América Latina, el Caribe, Estados Unidos y hasta Hawai ha disfrutado el talento del reconocido “Jibarito de Lares”. Sin embargo, la primera vez que pisará el Centro de Bellas Artes de Santurce será el domingo, 23 de junio, durante un concierto en la Sala Sinfónica de este espacio cultural.
En este encuentro, pautado para las 3:00 p.m., el intérprete tiene planificado traer “un pedacito de la montaña de Lares” a la capital.
“Tenemos un repertorio sano, con mensajes positivos, con romanticismo. Lo mío es el bolero, el vals, las letras que llegan al alma y al corazón; lo que trato de llevar a donde quiera que voy”, sostuvo el cantante.
A sus 80 años, González mantiene su agenda ocupada con presentaciones en Puerto Rico y el exterior. Bromea con el hecho de que todavía puede llenar las plazas donde realiza sus conciertos, un logro que acepta con mucho agradecimiento porque ha podido vivir de su vocación.
González comenzó a cantar desde niño por puro instinto natural.
Sus primeras presentaciones fueron en fiestas de pueblo, programas de aficionados y hasta velorios. Un momento importante que le abrió la puerta a muchas oportunidades fue cuando tenía apenas 12 años, al participar del concurso “Aficionados arecibeños”, celebrado en la emisora WCMN con la animación de Nadal Barreto. Para ese entonces, se acababa de mudar al pueblo de Arecibo, donde todavía reside.
“El primer premio era $3, pero $3 era un montón en aquella época”, recordó sobre aquella competencia que ganó.
A partir del concurso González no pudo escapar de la música, aunque eso no le molestó en lo absoluto. Cantando sus décimas llegó hasta el programa de radio que animaba Rafael Quiñones Vidal, reconocido por ser un espacio reservado para presentar a las mejores voces locales e internacionales.
“Todo lo grande pasó por allí”, aseguró con orgullo el cantante.
Posteriormente, la voz de González se escuchó en el Teatro Puerto Rico en Nueva York. Su primer sencillo lo grabó en 1956, con los temas “El vellón pegao” y “Ni de madera son buenas”.
Orígenes muy humildes
González repasa su trayectoria con una gran dosis de humildad.
“Yo vengo de una pobreza extrema. No había luz. No había agua. Yo llegué a ir descalzo a la escuela”, sostuvo quien dejó de pasar necesidades gracias a su profesión, que también le permitió criar a sus tres hijos.
La carrera, aclara, no ha sido fácil. Sin embargo, González no menosprecia a nadie, incluso a los géneros modernos que son tan distintos a su música. Entiende que la industria ha dado un giro dramático, así es que respeta esa realidad. Lo que sí le gustaría es que se mantuviera el respeto al folclor y que los mensajes de las canciones fueran “bonitos”.
“Yo diría que es una responsabilidad de los promotores, de los gobiernos, velar por la cultura del país. Nosotros como que estamos perdiendo parte de nuestra cultura. Necesitamos ayudar a otra gente (músicos) para que la cultura no muera”, opinó quien ha grabado sobre 100 producciones.
A veces González piensa en el retiro, pero es el público quien le pide continuar cantando. Y así lo hará mientras su voz se lo permita. Por lo pronto, tiene compromisos por cumplir hasta diciembre, dentro y fuera de Puerto Rico.
Para su concierto en Bellas Artes, el intérprete contará con una escenografía preparada por estudiantes de la Escuela de Bellas Artes de Arecibo. Los Gema 3, el Trío Los Condes y El Legado, serán los invitados especiales.
González también se presentará el 30 de junio en Hacienda Sabanera en Cidra, en un evento bailable que comienza a la 1:00 p.m. y tendrá los mismos invitados del concierto en la Sala Sinfónica. Fuente el nuevo dia
“El primer premio era $3, pero $3 era un montón en aquella época”, recordó sobre aquella competencia que ganó.
A partir del concurso González no pudo escapar de la música, aunque eso no le molestó en lo absoluto. Cantando sus décimas llegó hasta el programa de radio que animaba Rafael Quiñones Vidal, reconocido por ser un espacio reservado para presentar a las mejores voces locales e internacionales.
“Todo lo grande pasó por allí”, aseguró con orgullo el cantante.
Posteriormente, la voz de González se escuchó en el Teatro Puerto Rico en Nueva York. Su primer sencillo lo grabó en 1956, con los temas “El vellón pegao” y “Ni de madera son buenas”.
Orígenes muy humildes
González repasa su trayectoria con una gran dosis de humildad.
“Yo vengo de una pobreza extrema. No había luz. No había agua. Yo llegué a ir descalzo a la escuela”, sostuvo quien dejó de pasar necesidades gracias a su profesión, que también le permitió criar a sus tres hijos.
La carrera, aclara, no ha sido fácil. Sin embargo, González no menosprecia a nadie, incluso a los géneros modernos que son tan distintos a su música. Entiende que la industria ha dado un giro dramático, así es que respeta esa realidad. Lo que sí le gustaría es que se mantuviera el respeto al folclor y que los mensajes de las canciones fueran “bonitos”.
“Yo diría que es una responsabilidad de los promotores, de los gobiernos, velar por la cultura del país. Nosotros como que estamos perdiendo parte de nuestra cultura. Necesitamos ayudar a otra gente (músicos) para que la cultura no muera”, opinó quien ha grabado sobre 100 producciones.
A veces González piensa en el retiro, pero es el público quien le pide continuar cantando. Y así lo hará mientras su voz se lo permita. Por lo pronto, tiene compromisos por cumplir hasta diciembre, dentro y fuera de Puerto Rico.
Para su concierto en Bellas Artes, el intérprete contará con una escenografía preparada por estudiantes de la Escuela de Bellas Artes de Arecibo. Los Gema 3, el Trío Los Condes y El Legado, serán los invitados especiales.
González también se presentará el 30 de junio en Hacienda Sabanera en Cidra, en un evento bailable que comienza a la 1:00 p.m. y tendrá los mismos invitados del concierto en la Sala Sinfónica. Fuente el nuevo dia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario