Por José Peguero-ensegundos.do
Picoteando el Espectáculo
Santo Domingo. A casi 9 años de aquel fatídico suceso en el que Francina Hungría fue asaltada por varios delincuentes que le dispararon en su rostro dejándole con discapacidad visual, la joven de 35 años recuerda que en los primeros días tras el atentado y en los que tuvo que ocultar sus debilidades para no afectar emocionalmente a su madre, entre otros familiares.
“Yo pienso que no hay forma de poner en palabras lo difícil que es ver el mal así de cerca, yo decía por qué una persona me disparó sin saber, sin conocerme, si yo no le he hecho daño a nadie, por qué sucede eso y lo vemos a diario en las noticias pero cuando lo tienes así de cerca tu dices wao, es algo muy abrumador ” expresó en Las Exclusivas de José Peguero.
“Hubieron momentos en que yo decía no quiero vivir, yo prefiero morirme no lo quiero vivir. Sin embargo cada vez que intentaba desahogarme llorando entonces mi entorno se desplomaba, mi mamá se volvía loca y yo necesitaba ese soporte. Yo tenía que administrar mis emociones para que mi mamá no pensara que estaba mal, decirle a mami que estaba bien que yo estuviera muriéndome por dentro para que ella pudiera ser un soporte para mi ” dijo ante las cámaras.
Francina explica que la recuperación interna incidió en la externa y aunque sus padres se negaban a reconocer que tendría que adaptarse a nuevos procesos de aprendizaje tras la ceguera, relata que prefirió dar el paso adelante, dejando el miedo aparte.
“Empecé a apasionarme de todo lo que estaba viviendo y me dije a mi misma okay esto no es tan malo, se puede vivir con una discapacidad, vivir y ser feliz, tener una vida digna” manifestó.
“Yo pienso que no hay forma de poner en palabras lo difícil que es ver el mal así de cerca, yo decía por qué una persona me disparó sin saber, sin conocerme, si yo no le he hecho daño a nadie, por qué sucede eso y lo vemos a diario en las noticias pero cuando lo tienes así de cerca tu dices wao, es algo muy abrumador ” expresó en Las Exclusivas de José Peguero.
“Hubieron momentos en que yo decía no quiero vivir, yo prefiero morirme no lo quiero vivir. Sin embargo cada vez que intentaba desahogarme llorando entonces mi entorno se desplomaba, mi mamá se volvía loca y yo necesitaba ese soporte. Yo tenía que administrar mis emociones para que mi mamá no pensara que estaba mal, decirle a mami que estaba bien que yo estuviera muriéndome por dentro para que ella pudiera ser un soporte para mi ” dijo ante las cámaras.
Francina explica que la recuperación interna incidió en la externa y aunque sus padres se negaban a reconocer que tendría que adaptarse a nuevos procesos de aprendizaje tras la ceguera, relata que prefirió dar el paso adelante, dejando el miedo aparte.
“Empecé a apasionarme de todo lo que estaba viviendo y me dije a mi misma okay esto no es tan malo, se puede vivir con una discapacidad, vivir y ser feliz, tener una vida digna” manifestó.
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