domingo, 15 de mayo de 2022

Cuando los canillitas era monitores de audiencia. Eran los mejores termómetros para saber qué tipo de noticias preferían los lectores.


Por Miguel Franjul -listin diario
Picoteando el Espectáculo

En los tiempos en que los periódicos se vendían al pregón, en plena calle, los canillitas eran los mejores termómetros para saber qué tipo de noticias preferían los lectores.

Si una edición no lograba muchas ventas callejeras, los canillitas presumían de saber las razones, porque más que simples distribuidores, ellos establecían una relación especial, cotidiana, con lectores a los que personalmente les llevaban el diario cada mañana.

Eran los primeros que recibían quejas o elogios de los lectores, tanto si se trataba de clientes habituales en sus kioskos, de aquellos a cuyas casas iban a entregar el ejemplar, o del transeúnte o automovilista que le echaban una mirada escrutadora a los titulares para definir cuál diario comprar.

Cuando regresaban a la sede de la empresa a rendir cuentas de lo que vendieron y del número de periódicos devueltos, los jefes de circulación solían escuchar sus valoraciones sobre los titulares que no impactaban, sobre las noticias que se asumían como propaganda de un gobierno, sobre la “flojedad” de la apuesta noticiosa o sobre la pobre calidad e impacto de las fotos.

“La gente quiere leer esto, aquello, tal cosa”, decían a sus jefes, puntualizando los temas candentes que “venden” o, como se dice hoy, que “enganchan” con la preferencia de los lectores.

Al darme cuenta de que en los canillitas y en los jefes de circulación había una rica fuente de vivencias en la calle, cuando era director de La Nación, en 1999, y luego en el LISTÍN DIARIO desde el 2000, los invité frecuentemente a las reuniones de editores en las que decidíamos las noticias de portada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Franjul un lame culo de establecimiento politico, que llevo al Listin diario de ser el numero a ser el numero 4 del mercado