Ser una diva de la música o el cine no impide que algunas estrellas de Hollywood tengan cierta predilección por la comida chatarra.
Mujeres bellas, famosas y además millonarias han confesado tener una ‘adicción’ por las hamburguesas, las papas fritas, las pizzas y los helados, que en algunos casos las llevó a poner en riesgo su carrera.
El caso de Beitney Spears es bastante conocido. Tras ser catapultada a la fama con tan solo 18 años, la rubia cantante siempre fue una amante de la comida rápida pero no fue hasta el año 2008 donde, tras un bajón en su carrera, comenzó a visitar casi a diario restaurantes de hamburguesas, tacos y pizzas.
Subió más de 12 kilos y tuvo que ser tratada sicológicamente. Hoy Britney sigue luchando contra sus gustos.
París Hilton es uno de los casos más representativos de la joven millonaria que se dejó ganar por la fama.
La joven modelo confesó que las hamburguesas y las papas fueron su debilidad desde pequeña. Tanta fue su adicción que incluso en prisión pedía que sus amigas le lleven comida chatarra. Hoy dice que ya no toma gaseosas y el pollo frito ha quedado en el pasado. Ver para creer.
Kim Kardashian tiene una de las mejores figuras del planeta y su esfuerzo le ha costado. Pese a ser una enamorada dle heclado de chocolate y la comida rápida, la modelo cuida su figura con dietas. “Los hot dog son mi debilidad. Rompo varias veces mi régimen para comer hamburguesas. No puedo parar de comer comida chatarra. ¡Es horrible!”, dijo a la prensa hace unos meses.
Jennifer López es otra diva que acostumbra comer en fast food solo que ella confiesa que lo hace cuando no está grabando películas ni haciendo giras.
“Durante los meses que estoy promocionando un álbum o película trabajo muy duro para estar en forma. Pero no puedo vivir sin las hamburguesas, papas fritas y postres
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