Un retrato de Pedro Martínez ahora está en el Smithsonian. Pedro: Seguro Salón de la Fama en su primera oportunidad Entonces, , sexto en la historia en porcentaje de ganados y perdidos (.687, 219-100), tercero en ponches por bases por bolas, tres veces ganador del Cy Young, cinco veces líder en efectividad, quien en medio de la era de los esteroides tuvo 23-4, promedio de carreras limpias de 2.07 y 313 ponches y 37 bases por bolas en 1999.
Fue uno de los atletas más electrizantes en la historia. Cuando lanzaba en el Fenway Park, notó Bobby Cox que los fanáticos sólo iban a comprar comida cuando bateaban los Medias Rojas, ya que no querían perderse nada del dominicano en el montículo.
Pero su retrato fue desvelado porque, tanto como cualquier atleta del pasado reciente, el hombre tenía “duende”.
A Ernest Hemingway y el también autor fenecido George Frazier les encantaba esa palabra en español, que en algunos círculos significa tener mucha alma, un buen sentido de las emociones y una expresión de autenticidad.
Ahí está Pedro porque éste en su país ha dedicado su vida a los que son menos afortunados. Ha construido iglesias, un parque con área de cuidado para niños. Él y su esposa, Carolina, están recaudando fondos para una academia y el estadio que se denominará “El Pequeño Fenway”.
“Sé quién soy y de dónde soy”, dijo Martínez en una cena en su honor el jueves.
“Nunca olvidaré.” Nunca olvidará que su padre, Paulino, no pudo realizar una prueba para los Gigantes al final de los años 50 porque no tenía dinero para comprar un par de clavos.
No olvidará que dos veces no pudo ir a torneos de Pequeñas Ligas en Puerto Rico porque hubiera costado dos tercios del ingreso mensual de su mamá. Nunca olvidará que su hermano Ramón una vez fue subido a Grandes Ligas pero no lanzó, razón por la cual Pedro concedió su última apertura del 2002 a un novato de Boston, Josh Hancock, para que éste pudiera participar en un juego.
Pedro Martínez en un día inolvidable
Pedro Martínez fue acusado de tratar de proteger sus números y perdió el Cy Young ante Barry Zito, convirtiéndose en el único pitcher en la historia en encabezar su liga en efectividad, ponches y promedio de bateo en contra y no ganar el premio. Aún recuerda que “no quería que Hancock pasara lo que pasó Ramón.”
Ramón, Juan Marichal, el coach de pitcheo favorito de los Martínez, Dave Wallace y la leyenda como escucha de los Dodgers, el cubano Rafael Avila (quien firmó a Pedro) estuvieron entre los que viajaron a Washington para este evento. Durante dos días, Pedro habló de su proyecto de una academia juvenil: “Quiero que los niños en Dominicana tenga las oportunidades educativas que la gente tiene en Estados Unidos, para que algún día equipos universitarios de la República Dominicana jueguen contra las grandes universidades en Estados Unidos. Al fin y al cabo, educación significa oportunidad”.
Recuerdo viajes que hice al pueblo natal de Martínez. Caminábamos por las calles y veíamos la iglesia construida con su dinero, porque “la gente es demasiado pobre para construir una”. Paseábamos por el complejo que hicerion él, Ramón y Juan Guzmán, con terrenos de béisbol y centros de cuidado de niños. Veíamos casas que les construyó a vecinos y una escuela que construyó porque el pueblo no tenía fondos para hacerlo. “Es una de las personas más brillantes que he conocido”, dijo el receptor de los Medias Rojas, Jason Varitek. “¿Cuántas personas dominaban expresiones coloquiales en dos idiomas a los 22, 23 años de edad? Durante los juegos él veía cosas que nadie veía”.
En el Juego 3 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana de 1999 contra los Yankees, Martínez lanzó con dolores en el hombro, que lo había sacado del primer encuentro de los playoffs vs. Cleveland. Luego regresó para tirar seis innings sin hit en el quinto partidos decisivo ante los Indios, y luego se midió a Roger Clemens en la siguiente ronda. Tirando a 85-87 millas por hora.
PRESIDENTE FERNÁNDEZ FELICITA A PEDRO
El presidente Leonel Fernández envió una misiva al lanzador dominicano Pedro Martínez felicitándole por la distinción que se le hará en Estados Unidos. El tres veces ganador del premio Cy Young recibirá un honor reservado a presidentes y grandes figuras que han moldeado la historia de los Estados Unidos: un retrato en el Museo Nacional de Historia Americana.
“Es un orgullo para el pueblo y el gobierno dominicano, y para los seguidores del béisbol, que su trayectoria quede en la posteridad de generaciones presentes y futuras por su magistral desempeño en el deporte, pero, sobre todo, por las acciones que ejecuta a favor de la niñez y la juventud para que se encaminen a ser entes ejemplares”, son algunos de los elogios y muestras de orgullo que expresa el mandatario en la comunicación.
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