Para colmo él y sus amigos son vegetarianos y ya saben ustedes como son los gases verduleros. Así que después de que le echaran de varios restaurantes y le obligaran a tirarse en paracaidas de un avión en pleno vuelo – saltaron las mascarillas de seguridad y todo – decidió encontrar una solución.
Y no solo eso, ¡las vende! En su propia página web “pilulepet.com” el hombre vende sus píldoras de olor a chocolate, rosas y violetas al módico precio de 10 euros. Lo que no se sabe es cuán seguras son esas pastillas y si la OMS tiene alguna opinión sobre el tema. Ni tampoco se sabe la duración del efecto, igual te tomas varias de golpe y tus pedos huelen a chocolate de por vida. Imaginad que todo el mundo toma eso, ya no sabrás si has entrado en una pastelería o en un lavabo público.
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